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Buenos Aires en el 2033

25 marzo 2008

Nota del Staff: si ya leiste el texto Acerca del cyberpunk el juego ¿tendrá? sentido.

KOKO WA BUENOS AIRES DES’
O, LO QUE ES IGUAL, ESTAMOS EN BUENOS AIRES. ESO ES LO QUE DIRAN LOS TURISTAS JAPONESES, ALLA POR EL 2033, LUEGO DE ATERRIZAR EN HIJOKO EZEIZA. A PARTIR DE ESE MOMENTO, UNA EMPRESA EQUIS LOS ARRASTRARA POR LOS SITIOS MAS CONVENCIONALES DE LA CIUDAD. EN ESE SENTIDO, NADA HABRA CAMBIADO: EL PANORAMA ESBOZADO POR SU GUIA SERA, SIN DUDA, EPITELIAL. PERO QUIZAS DEJE TRASLUCIR UN ESTADO DE COSAS UN POCO DIFERENTE. EN FIN.
A PARTIR DE ESTE MOMENTO, EL LECTOR NO ES LECTOR SINO TURISTA, Y EL HOY NO ES HOY SINO EL 2033: EL JUEGO COMIENZA. BIENVENIDOS. WELCOME. WILCOMMEN...

Por Eduardo Milewicz y Marcelo Figueras
Fotografías de Eduardo Grossman y Alejandro Bachrach


Icono de Adrián ZahlutBlitztours les desea una muy feliz primera jornada en Buenos Aires, y les recuerda que, a partir de hoy y durante el transcurso de este viaje, la empresa toda se halla a su disposición. Lo que tienen ante sí es la célebre Plaza de Mayo, escenario de varios siglos de historia argentina. Acotado en sus extremos por la Casa Rosada y el Palacio de la Traición (antiguamente denominado Cabildo) y, en los laterales, por la sede de la Corporación Católica, la mole de Mitsubishi-Genentech y el Banco Sinoeuropeo, esta suerte de anfiteatro ha sido contenedor y a la vez testigo de buena parte de la vida del país. Aquí han estallado revoluciones que han reclamado, sostenido o derrocado a presidentes. Aquí han acampado los infantes del general Gogol, durante la guerra, esperando las órdenes que nunca llegaron. Aquí se produjo, inesperadamente, el estreno mundial de la ópera Dalí on clocks, de Philip Glass, cuando la Sinfónica Nacional abandonó su sitial en el teatro Colón, seguida por el público, a efectos de protestar ante el gobierno por sus magros salarios. Por aquí desfilaban las Madres de Plaza de Mayo en torno a un pequeño obelisco que simbolizaba la República, hasta que el Ejecutivo decidió remover el monumento de su lugar -puede vérselo, si así lo desean, en el museo histórico de la Casa Rosada-. En más de una ocasión los aviones oscurecieron el cielo sobre la plaza, bombardeándola, tanto con sobrantes bélicos de la Segunda Guerra como con napalm o fuego arameo. Se la ha visto atestada, desierta, alambrada, con los mosaicos resquebrajados por el sol, nevada, ocupada por tropas, electrificada. Y, a pesar de lo mudable de las circunstancias históricas, buena parte de la población conserva la plaza como un ágora donde vertir sus humores. Algunos estudiosos aventuran que se trata de algo inscripto en el inconsciente colectivo de los locales. Otros, como J. P. Navarro Icaz, pretenden que las motivaciones son religiosas. La Curia Psicoanalítica sospecha, por su parte, que este predio no es sino un memento del célebre vacío de castración.
La Organización Negra. Foto de Alejandro Bachrach
En el Palacio de la Traición, esta construcción que ven sobre su izquierda, tuvo lugar la Fundación de la República, a inicios del siglo XIX. De acuerdo a los cronistas, todo ocurrió en una mañana lluviosa, en un tiempo en que las mañanas lluviosas eran un hecho infrecuente. Sobre este edificio se concentraron los rancheros, comerciantes y profesionales de la ya próspera ciudad, reclamando se aprobara la Ley Fundamental del país, a la que los argentinos también conocen como Constitución. En los microcines del Palacio se proyecto constantemente una dramatización del hecho, doblada al inglés, japonés y alemán, a la que podrán acceder en instantes. Eso sí: el logo de Sony Corp, que destaca detrás de una diligencia, no significa que la empresa funcionara ya en ese entonces. Es lo que maestros llamarían una licencia poética: fue el aporte de Sony el que financió parcialmente la reconstrucción fílmica del hecho. De estilo colonial hispano, el antiguo Cabildo no es más que una reconstrucción, como el Partenón, de tamaño algo menor que el original.

Icono de Adrián ZahlutEstamos frente a la Casa Rosada. Allí labora el Primer Ministro, cabeza ejecutiva de la entente cívico-militar que gobierna la República. El actual Premier es un civil, abogado de profesión, tal como lo establece la legislación argentina. El Presidente, también por ley un miembro de las Fuerzas Armadas, mora en una finca de las afueras de la city, en una zona residencial llamada Olmos, a la que conocerán durante las próximas jornadas. La Casa Rosada tampoco conserva su fisonomía original. La asonada militar del '93, popularizada como la Segundo Restauración, decretó como primer acto de gobierno la demolición del inmueble. Luego vendría la reconstrucción, cuyos tramos finales aún se pueden observar. Durante esos años en que no hubo Casa Rosada, la sede del poder se trasladó a Campo de Mayo, un complejo edilicio del Gran Buenos Aires que, pese a su nombre, nada tiene que ver con esta plaza. En su estado actual, la Rosada no restringe el acceso al turista. La mayor parte de su instalación corresponde a un museo histórico, al que pueden visitar, si lo desean, contratando la excursión en la oficina de Blitztours. Recomendable: además de la mencionada Pirámide de Mayo, podrán apreciar la tumba del Presidente Chede y el pequeño estudio de video en que el General Tagarra registraba sus diarios mensajes al país. En caso de acudir al recinto, se sugiere no lleven sobre sí objetos de valor.

En un paso, por Rivadavia y Diagonal Norte, se desemboca en el Obelisco, del que ya han oído hablar anoche, a su llegada a esta ciudad. Sin duda alguna, una de esas obras monumentales que operan como signos, emblemas de un lugar determinado, como la torre Eiffel, la columna de Nelson en Trafalgar Square, la Estatua de la Libertad y el Vietnam Memorial de Arlington. Nos acercamos ahora al simulador Antártida Argentina, predio de seis hectáreas limitado por las calles Lavalle, Libertad, Córdoba y Uruguay. Se trata de un vasto Centro Municipal, el mayor dedicado al deporte y el adiestramiento infantil en el corazón mismo de la ciudad. Es aquí donde se desarrollan los anuales Campeonatos Alfonsín. Al caer la noche, pululan músicos, mimos, titiriteros, siempre buscando la delicia de los más pequeños. De aquí nos vamos a la Recoleta, donde visitarán unos monumentales centros comerciales que nada tienen que envidiar a los malls americanos o las grandes tiendas japonesas. Descubrirán allí lo más novedoso en electrónica, haute couture (Georges Marciano, Levi's, Code Bleu), prótesis anatómicas –en especial alemanas– e, incluso, arte. Un Roux, por ejemplo, se vende en Portela a 120.000 dólares. Para los interesados en lo autóctono, en lo específico argentino, existen stands donde podrán adquirir piezas de cuero, mates, cigarros de chala, cerámicas y, por supuesto, los disc-gamma con sus registros de tango favoritos. Los varones pueden hacer tiempo en el centro de videogames, previa presentación de su Lifecard o seguro de vida.

Almuerzo en Edwin's.
Tarde: Paseo por las viejas instalaciones del Puerto, donde hoy funciona un pintoresco Bingo.
Chip CityEn esta zona, la de las antiguas dársenas, se erige esa ciudad-dentro-de-la-ciudad a la que se conoce mundialmente como Chip City. Sin duda, una de las partes más emocionantes de nuestro recorrido. Todos saben que, así como Hong-Kong fue durante años, el centro del comercio de opio, y New York el centro del tráfico de armamentos, Buenos Aires es hoy una de las capitales del comercio –clandestino, claro está- de tecnología electrónica, en lo que hace a informática y microbiología. Aquí se dan cita los espías más importantes del mundo moderno: los que se especializan en hurtar programas a las computadoras centrales de empresas y naciones. Aquí cierran tratos, también, los más peligrosos asesinos a sueldo: los que liquidan a computadoras, circuitos, cerebros electrónicos, como en otra época se hacía con los hombres. Se los llama hackers. Suelen vestir trajes charolados como aquellos individuos a los que rogamos mirar disimuladamente. Este, Chip City, un submundo dentro de Buenos Aires, es su centro de operaciones. Fue aquí donde McCoy Pauley recibió el encargo que lo llevó a saquear el Centro de Información de Servicios de informática (CISI), donde se conservaban todos los datos sobre el poderío nuclear de Francia. Fue aqui donde Chicho de Vicenzi recibió su millón de dólares por asesinar a Louella, la computadora central de la Fuji Electric Company. Fue aquí donde Julius Deane subastó el shifter arrancado a la NASA, que costó la Presidencia a George Ruiz Jr.

Este mercado negro de Buenos Aires floreció en las primeras décadas de este siglo, en virtud de la neutralidad de la República durante la guerra. El gobierno alentó la no restricción al ingreso de extranjeros, redujo a cero las cargas impositivas e hizo la vista gorda en el reciciaje de ganancias al exterior. Hoy día, muchas de las transacciones tienen lugar en pulcras oficinas y no en estos puestos callejeros. Pese a ello, se ha querido conservar intacta a Chip City, puesto que constituye una de las mayores atracciones que Buenos Aires ofrece al turismo internacional. Observen, pues, los puestos de venta de sushi, los músicos ambulantes, los dealers regateando el precio de las microtoxinas, las omnipresentes bicicletas.

Se calcula que el 42 por ciento de la población de Buenos Aires vive de las ganancias que arroja el mercado negro y las múltiples ramificaciones de la circulación clandestina. Lo de clandestino vale la pena explicarlo, es poco más que una expresión folklórico. Pueden adquirir lo que deseen, sin inconvenientes. Desde un microchip subcutáneo para detener la erosión neuronal, hasta un soft completo de procedencia belga para diseñar una turbina termonuclear. No abonen en efectivo: utilicen siempre la tarjeta de crédito.

Té en La Casa de Aurora.
Descanso hasta la hora de la cena.
Tangoshow en Michelángelo 14.

El tango es la música de Buenos Aires por excelencia. Una suerte de blues portuario, lamento, danza de diluido contenido erótico, letra y compás al servicio de una desilusión. Se forjó en prostíbulos frecuentados por matones, marineros, anarquistas. El tango ha producido los mejores cantantes argentinos: Gardel, Julio Sosa, Roberto Goyeneche, Carlos García, Guillermo Fernández, Esteban "Baquelita" Ishimaru. ¿Quién no conoce Cuesta abajo, Mi Buenos Aires querido, Melancóico y sentimental? El tango también, ha colocado a la música argentina en los sitiales de preferencia que siempre mereció: tanto el Celedonio Blues, de Piazzolla, como el Opus Nigrum de Salgán y La calesa, de Narita, han sido interpretadas por las más reputadas batutas del mundo. Básicamente un ritual, el tango conserva aún los elementos propios de su ceremonia. Los sombreros requintados, pañuelo al cuello o smokin, polleras con tajo en caso de haber mujeres. El decir sentencioso, el gesto teatral. En este sitio, en el que ustedes cenarán hoy, se bailaba tango hace siglo y medio.
Dentro de estas paredes se vio a muchos varones fajar -esto es, castigar físicamente- a sus queridas, por una mirada destinada a otro hombre. Aquí se han cruzado cuchillos, y la sangre de los vencidos ha opacado las alfombras. Aquí han batallado las pandillas entre sí, Players versus Angeles Caídos, Fosforitos versus Victroleros, los nunchakus dibujando flores en el aire, topándose con sus motocicletas, por lavar una afrenta o simplemente por marcar los límites de un territorio.

En breves instantes podrán ordenar la cena a la carta, con un menú internacional que prevé desde el más delicioso chop suey hasta crêpes suzettes o una simple hamburguesa, para los de hábitos sencillos. Se recomiendan especialmente los vinos rojos, para estar a tono con el ambiente de tango.
Sobre el final tendrán a su disposición instructores de baile, a ambos lados de lo pista, para quienes quieran probar el fuego de la danza. Pensando en los hombres, un servicio especial: si pretenden internarse realmente en el clima de tango, podrán fajar a su gusto a cualquiera de las mujeres que están colocadas junto al mostrador de estaño. El juego está incluido en la consumición. Para los trasnochadores, se recuerda que deberán estar en sus cuartos del hotel antes de las 23. Esta República se encuentra bajo pacto de sitio, por lo que hallarse en sus calles a destiempo puede ocasionar molestias imprevistas a los visitantes. No olviden portar en todo momento sus documentos de identidad ocular. La Municipalidad de Buenos Aires tiene la costumbre de informar a los turistas el lema que preside su programa de convivencia pacífica: “El silencio no es tiempo perdido". Sepan ustedes colaborar. Hasta mañana. Till morning. Shitsurei shimas’...

se sabe, Yerba mala...

PRIMER CONTACTO CON LA CIUDAD
Buenos Aires es una ciudad que ama su pasado y vive en él. Aquí los días fluyen con el añejo sabor del siglo XX. Aún hay palomas, jubilados, escasez de espacio, calles estrechas o recién asfáltadas, automóviles a nafta y policías que ordenan la circulación peatonal.
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Porteros: es oportuno advertir que los señores con las llaves en el ojal, que desempeñan el cargo de porteros, son personas de una posición envidiada en la sociedad de Buenos Aires. Ellos, y no otros, son los que tratan con el huésped, incluso abriéndoles puertas secretas.

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Al atardecer, docenas de artistas arriban al simulador Antártida Argentina, para desplegar sus rutinas ante los ojos azorados de los niños. Estos mimos, por ejemplo, se cuentan entre sus favoritos. "Me dan ternura", explica Sibila, de 4 años.

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Chip City se ha convertido en uno de los enclaves más requeridos por el turismo internacional. A los hackers y los stands de las más importantes firmas internacionales en materia de electrónica, se han sumado en los últimos tiempos verdaderos anticuarios, cuyo despliegue de antiguallas -algunas, incluso, de 1970- agregan un toque de pintoresquismo al ya tradicional mercado.

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No portar encima los documentos de identidad ocular es, para los policías de Buenos Aires, un delito en sí mismo. No sólo implica un futuro incierto para el turista, varado en algún punto del laberinto carcelario local, sino que lo deja librado al castigo físico por parte de los agentes, a quienes la ley protege en ese albur.

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"Alguien debería alertar a los turistas", alega Trix Del Prete, de la Asociación Pro Fidelidad al Orillero, "respecto al engaño en que se han convertido las orquestas típicas. Los tangueros de ley han muerto hace décadas, y los que hoy ocupan sus lugares no son sino actores, mimos, modelos, apegados a un viejo disc-gamma del que no saben sino hacer playbacks. Un escarnio, vea".

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Fuente: suplemento Caín Nº 3, revista Humor ®, Julio 1987
Las imágenes fueron tomadas del suplemento original. Podés ver las páginas en tamaño grande en nuestras galerías de Flickr.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Airel un texto muy bueno, me encanta, espero que en el viaje que llevo años planificando a Buenos Aires las cosas sean como son ahora. Saludos Ele

Ariel dijo...

Ele
Gracias por visitar Klamahama, que, por supuesto, es una zona cuya única bandera es la liberación (de la mente, primero, y de los cuerpos, después).
El texto es un trabajo conjunto de Marcelo Figueras y Eduardo Milewicz.
¿Buenos Aires? No tiene todavía a la forma que imaginaron para el 2033, pero no falta tanto tampoco!
Saludos