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Los humanitos

02 junio 2008

Los diarios tienen la triste propiedad de transformar la vida de las personas (y la sangre por ellos puesta sobre cada palabra) en cadáveres negros sobre frías mesas blancas. Como si rasuraran lo áspero para que no moleste: un titular estandar, una foto vacía y 80 líneas que contienen aquel pulso, puede leerse, pero escondido entre líneas. Se enconde entre páginas y páginas de otros cadáveres. Es fundamental entonces, que el lector haga su máximo esfuerzo por encontrar vivos entre los muertos.


Dice Eduardo Galeano en esta nota publicada en el diario Río Negro:

"El espejo nos devuelve a los que no salieron en la foto, y son los que en el libro me tocaron el hombro y me dijeron: yo quiero estar ahí (...) Los excluidos, los nadies, los pobres, las mujeres, los negros y otras culturas del sur del mundo que fueron despreciadas".
Ellos dan vida a historias que pasaron pero que han sido olvidadas, o se conocen muy poco. Y que surgen "de la certeza de que el arco iris terrestre es más colorido que el arco iris celeste, y que ha sido mutilado. Mutilado por ejemplo por el machismo, que suprimió a la mitad de la humanidad, a las mujeres. Y que condenó la diversidad sexual. Y por el racismo, que partió de un olvido interesado: se olvida de que somos todos africanos emigrados.
Los humanitos venimos todos de África, desde los blancos blanquísimos hasta los negros retintos, y los que no vivimos en África somos todos africanos de origen, emigrados. Los pueblos se lanzaron a la conquista del mundo cuando no se exigía más pasaporte que las piernas caminantes".
En ese sentido, califica de "paradoja reveladora" lo que ocurre ahora en Europa, con el endurecimiento de las legislaciones contra los inmigrantes, a los que se equipara con delincuentes.
"Europa derramó población sobre el mundo entero, sin inconveniente ninguno, y lo hizo en nombre de Dios al principio y después en nombre de la civilización y el progreso. Pero ahora ocurre la invasión de los invadidos, y el norte no puede quejarse de las consecuencias de sus actos, porque organizó un mundo donde hay una inmensa cantidad de desesperados. Nadie emigra porque quiere. Lo hacen corridos por el hambre, la sequía, por las guerras, por el desamparo. Y en vano golpean a las puertas que se cierran en sus narices. Yo digo que es una paradoja reveladora porque este mundo predica la libertad del dinero, pero practica la prisión de las personas".
Espejos. Una historia casi universal, la última obra de Eduardo Galeano, se edita por Siglo XXI de España Editores.

Web de Galeano

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