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Amnesia, basura, rémoras, glotones y timadores de TV

13 octubre 2009


a) escribo sin razón muerto de invierno.
b) encuentro en Google Books muestras de "Formas de humo" de Eric Schierloh.
c) me reconozco, me inspira, anoto una frase.
d) la frase se hace amiga de mis frases.
e) termino la sin razón llamada "Crónicas de un país llamado canciones".
f) la publico, 5 amigos me dicen que les gusta, supera las expectativas.
g) Schierloh, ni idea cómo, la lee y asoma en Klamahama para decir que le da gusto saber que sus palabras fueron puente hacia otras.
h) como el escritor es él y el farsante soy yo, le agradezco sus palabras con un post.

"Leonard Cohen dijo que escribir canciones era como ser una monja, porque uno estaba casado con un misterio. Yo creo que escribir es lo mismo. Escribo porque para mí escribir es tan natural como lo es para un carpintero tomar un pedazo de madera noble y cortar un ángulo recto con su serrucho algo viejo y oxidado o levantar la viga del tejado y empezar de nuevo; Gregory Corso escribió largamente sobre esta naturalidad en un artículo muy bueno titulado “Algo acerca de mis comienzos... y lo que siento ahora”. Escribo porque escribir es el mejor empleo de tiempo completo, lo mismo que ser padre o amante. Probablemente no sepa hacer otra cosa. La literatura es el bosque invertido que crece debajo de la tierra devastada, la llave que abre la puerta del sótano de la vida donde uno puede echar un vistazo siempre que tenga ganas de escuchar a los genios y chiflados del pasado. La literatura, como decía John Cheever, es la única conciencia que poseemos, ha sido la salvación de los condenados, ha vencido la desesperación y tal vez en este sentido pueda salvar al mundo. La literatura es el camino que nunca termina. Espero que la pregunta haya quedado respondida..."

Vía: Poéticas

Y en su blog hay más, acá va un fragmento, sacado de contexto:

(...) Tal como yo lo veo, la única solución es esta: morder la mano que te da de comer. Morder la mano que te da de comer porque el resto es amnesia, basura, rémoras, glotones y timadores de TV y revista. Morder la mano de lo que se supone que debemos hacer, de las obligaciones, de la suciedad que acaba pegándose a uno como insectos estallados en un parabrisas en medio de un nocturno camino rural para poder hacer entonces lo que uno tiene que hacer, lo que uno quiere hacer de verdad: defraudar a un montón de gente que de todos modos no esperaba nada de nosotros puede no ser muy heroico, de acuerdo, pero al menos es un gesto auténtico y, además, mucho más divertido (...)


La imagen pertenece al blog de Eric.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Amigo Ariel, lo del cruce de caminos (cross-roads es una expresión única) es absolutamente cierto; & gracias también por el otro post.
Va un abrazo.