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Spirit in the sky

22 febrero 2010

"Necesitaba música, necesitaba un poco de ritmo. Estaba decidido a conservar la calma, así que subí el volumen al máximo y puse "Spirit in the Sky", de Norman Greenbaum. La pasé una y otra vez durante las siguientes tres o cuatro horas mientras le daba forma a mi carta. El corazón me latía a toda velocidad y la música hacía chillar a los pavos reales. Era domingo, y yo estaba rezando a mi manera" (...)
H.S.Thompson



A 5 años de su muerte, un fragmento de ¡Idiota! Te amo + Autorretratos de 1969 autoría de Hunter S. Thompson (18 Julio 1937 - 20 Febrero 2005). Y de fondo, para asomarse apenas a la hoguera, la música que lo inspiraba.
Dedicado a mi amigo Leonardo Parente, de espíritu gonzo y auténtico fan de H.S.T.


Norman Greenbaum - Spirit in the sky



Una señal de alarma

18 febrero 2010


Esto es lo que pienso: el rock debería ser perturbador, intimidante, amenazante, turbulento, provocador, excitante, exultante, impulsor, indagador y muchas otras cosas que tus padres no te recomendarían.
Pero en algún momento todo eso se fue al carajo, no se bien cuando, ni porqué, ni quiénes son los culpables.
Hoy el rock no es nada de eso. El rock es una propaganda de celulares. El rock se volvió cómodo y lento. El rock dejó de ser una señal de alarma para convertirse en una marquesina de neón que alumbra a un puñado de idiotas que dicen ser rockeros asesorados por un tipejo de modales delicados que sólo (hace que) escucha rock cuando las cámaras lo enfocan. Un asco todo.

(Fragmento del libro Crónicas de un país llamado canciones de A.M.) Descargá el pdf acá.

Flotando

15 febrero 2010


La mente partida en dos, como una nuez, y en el medio una nebulosa de ideas, sucesos, lecturas, imágenes y deseos que se cruzan, atropellan y seducen por destacarse unas sobre otros.
Por un lado mi vida cotidiana: un trabajo aburrido, sistemático, prolijo, lleno de tareas ignoradas por casi todos los demás, y la persistente obsesión de mi jefe por explicarme durante horas la perfección que busca en detalles que resultan una absurda pérdida de tiempo. Ya se: debería mandar todo eso a la mierda y hacer lo que me venga en ganas, pero no son buenos tiempos para equivocarme y perder hasta las opciones.
Por otro, mi creciente necesidad de escribir, pero de hacerlo con un sentido explícito, con un objetivo palpable y definible. Y como mi pudor no me deja soltar cualquier cosa así como así, leo y evalúo modelos que me indiquen si estoy buscando salidas apropiadas al laberinto que se hizo en mi cabeza, o si directamente debo olvidarme del asunto y apagar de una vez la computadora.

Así estoy. Así voy. Flotando entre los personajes de Salinger, de Cristian Alarcón, más una larga lista de apuntes reunidos para sentarme a escribir algo decente; y la tajante realidad de ocho a diecisiete.

Espero sepan disculpar las molestias. Estamos trabajando para evitar que la locura se convierta en primicia de CrónicaTV.

Sinceramente.
Un servidor.