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Flotando

15 febrero 2010


La mente partida en dos, como una nuez, y en el medio una nebulosa de ideas, sucesos, lecturas, imágenes y deseos que se cruzan, atropellan y seducen por destacarse unas sobre otros.
Por un lado mi vida cotidiana: un trabajo aburrido, sistemático, prolijo, lleno de tareas ignoradas por casi todos los demás, y la persistente obsesión de mi jefe por explicarme durante horas la perfección que busca en detalles que resultan una absurda pérdida de tiempo. Ya se: debería mandar todo eso a la mierda y hacer lo que me venga en ganas, pero no son buenos tiempos para equivocarme y perder hasta las opciones.
Por otro, mi creciente necesidad de escribir, pero de hacerlo con un sentido explícito, con un objetivo palpable y definible. Y como mi pudor no me deja soltar cualquier cosa así como así, leo y evalúo modelos que me indiquen si estoy buscando salidas apropiadas al laberinto que se hizo en mi cabeza, o si directamente debo olvidarme del asunto y apagar de una vez la computadora.

Así estoy. Así voy. Flotando entre los personajes de Salinger, de Cristian Alarcón, más una larga lista de apuntes reunidos para sentarme a escribir algo decente; y la tajante realidad de ocho a diecisiete.

Espero sepan disculpar las molestias. Estamos trabajando para evitar que la locura se convierta en primicia de CrónicaTV.

Sinceramente.
Un servidor.

4 comentarios:

Fabiola dijo...

quizás no sea necesaria una decisión drástica y mandar la rutina a la mierda como dices. quizás sólo necesitas equilibrar ambos mundos y darle un poco más de tiempo a la escritura.

no dejes que la rutina, ni el pudor, ni el cansancio te alejen de hacer lo que te gusta. escribe no más lo que te nace sin pensar tanto, que siempre es mejor hacer que no hacer.

ya fueron muchos consejos no? y mira quien lo dice jajaja... mucha suerte y ánimo para seguir.

saludos!
Fabiola

Ariel dijo...

Fabiola: Uff...eso es lo que busco: equilibrio. No es fácil. Supongo que esa la mejor forma de escribir: hacerlo sin más. Ayer le comentaba a mi chica que ya tengo el título (de lo que aún no comenzó), y eso es mucho decir, y un buen motivo. Una guía, una lucecita al final del tunel. Ahí voy. Gracias por tu comentario.

Celeste dijo...

Alguna vez me dijeron, en relación a una duda propia con respecto a si seguir escribiendo o no, que si realmente senía que tenía algo para decir era porque seguramente estaba del lado correcto del lenguaje.
La rutina, la propia vida nos lleva por caminos que, la mayoría de las veces, no son los que quisiéramos.
Te recomiendo lo que me funciona a mi: prender la computadora siempre, sin excepción, y escribir lo que salga.
La práctica hace al maestro, Ariel, y considero que vas por buen camino.
Por acá, te sigo leyendo.

Ariel dijo...

Gracias, Almendra. No creo que llegue a maestro ni comprándome un guardapolvo jeje, pero si puedo imaginarme que las ganas y los motivos están ahí nomás, detrás del teclado. Y eso me anima. Por las dudas sigo posteando, despacito, sin hacer mucho ruido.
Gracias por leerme. Ya mismo me cruzo a tu jardín.
saludos.