Pages

Hiperconectividad

19 abril 2010


Por Juan Terranova


1
Nada se pierde. Todo se transforma. Y se conecta. Sabemos todo. Estamos en todas partes. Pero no somos todo. Somos una célula pasando información a otra célula. Una porción delimitada y perdida en el reticulado del mundo. Vivimos en un archipiélago de cables y radiaciones. Un mar salado con redes de camalotes digitales. D’ambrosio lo sabe. Nos escribimos de noche. Él leyó alguna de mis novelas. Yo sé que se dedica a la filosofía alemana. Comentamos los hechos del día. Somos amigos. Cada tanto nos vemos. Pero preferimos los mensajes instantáneos. Nos escribimos correos. Hoy me dijo que estuvo revisando su cuenta de mail. El servicio gratuito que utiliza almacena todo. No necesita borrar nada. Le pregunto qué encontró. «Mi vida y mucha pereza», me contesta.


2
Todo se digitaliza. La música. Las películas. Los libros. Los archivos. El dinero. Las propiedades. La energía nuclear. El amor. El sexo. El optimismo. El pesimismo. La épica. La picaresca. La lucha de clases. Resulta placentero y un poco vertiginoso. Ya no es necesario esperar a que se haga de día para nada. Podemos vivir de noche. Operar en la bolsa de Tokio desde Buenos Aires contando unos y ceros. A D’ambrosio las metáforas biológicas lo incomodan. Frases como «la memoria ram es una hidra de siete cabezas» o «el monitor es el útero materno» le suenan cursis. Para nosotros el monitor es un imán eléctrico, un condensador de energía, un dínamo. Apoyás la cabeza en la pantalla y te da amnesia. Cada tanto, sin embargo, necesitamos el contraste y salimos a la calle.


3
La trama de energía de nuestras relaciones sociales se modificó para siempre. Cuatro revoluciones industriales.Tres en el siglo XIX y una en el siglo XXI. En el medio, un impasse de cursilerías y masacres. ¿Qué pasa si mañana nos despertamos sin electricidad? Dependemos más de la electricidad que del petróleo.


4
No voy al cine. No me gusta. En DVD miro documentales de rock y de política latinoamericana. «Cosas quemovilizan», dice D’ambrosio.Ya casi no compro el diario. Leo los titulares por la web. Entro en los sitios de seis diarios al día. Pero con suerte leo tres notas de esos seis diarios. Y solamente compro la edición impresa si publican una nota que escribí yo. A veces ni eso.


5
Y pese a todo,mi paranoia sigue siendo analógica. Pienso en armas de fuego. Pienso en la velocidad que desarrollan los autos que pasan por la puerta de mi casa, en los cerebros vacíos de sus conductores. Cada vez estoy peor.


6
Descargo en mi disco rígido escaneados caseros de la revista Nippur Magnum colgados de un servidor gratuito. Elijo las historias que tienen guión de RobinWood, las que leía en mi infancia y adolescencia. Estoy adicto. Leo tres episodios y escribo media página. «Nuevos consumos», me dice D’ambrosio. «Es como alquilar siete temporadas de una serie de televisión y verlas, sin interrupción, un fin de semana ». Cierro mi sesión a las dos y media de la mañana. Me voy a dormir. Me gustaría llevarme la pantalla para seguir leyendo en la cama. «Dentro de un par de años vas a poder», me dice D’ambrosio cuando le cuento. En la cama, escribo a mano en un cuaderno.


7
Trabajo conectado a Gmail. Si no tengo Internet no puedo escribir. Me siento desnudo.


8
Pienso en la típica piba que te habla con actitud condescendiente de la soledad y la web. Estamos en un bar del Centro y ella insiste: «La web y la soledad, la soledad y la web». Es una relación rápida y simplificadora. La soledad existía desde antes. En el comunismo y en el capitalismo, en el Norte y en el Sur, entre los que gobiernan y los que son gobernados, entre los trabajadores y los ociosos.


9
Web y resentimiento. Blogs y envidia. Duro matrimonio. ¿Por qué? La ironía argentina —¿o debería decir porteña?— se pierde en los mensajes de la web y genera resquemores, suspicacias, dudas y fricción.Nos dan la posibilidad de comunicarnos casi sin restricciones y nos insultamos. Ergo, los insultos son parte de la comunicación.


10
Una leyenda urbana. Nueve de cada diez correos electrónicos que se envían son spam.


11
Otra leyenda urbana. Durante su campaña, Obama logró recaudar la mayor cantidad de dinero en la historia de las elecciones estadounidenses. La parte más importante la aportaron contribuyentes privados que usaron la web para hacer sus donaciones.


12
Ahora leo en un blog una nota contra los blogs de un profesor que dice, en su cátedra de la Universidad de Buenos Aires, que la libertad se acabó para el hombre cuando se inventó el reloj cerca del año 1000.


13
Apocalipsis instantáneo. Para un grupo de hermosos paranoicos conservadores, a fines del siglo XX se crea la «cultura digital» y automáticamente todos somos succionados hacia la vida digital y nuestra vida física se anula. Según ellos, nos convertimos en ciborgs indiferentes que orinan por un cable y piensan en quemar los bosques. Es el tic de Sócrates en el Fedón o incluso los indios de postal hollywoodense que no se dejan fotografiar por temor a perder el alma. Estoy dispuesto a aceptar que las herramientas nos modifican, pero nunca al ritmo que dicen los profetas intempestivos que sienten la vibración del fin del mundo en cada paso. Y a propósito, una vez, en una reunión de intelectuales de derecha, una mujer me dijo que ella se hacía fotografiar desnuda por sus amantes pero desgraciadamente nunca había logrado perder el alma, más bien al contrario.


14
Voy con D’ambrosio al videoclub.Alquilamos películas. Es algo muy siglo XX. También le regalo unas pruebas de imprenta de un libro que no leyó. Le digo que tienen mis anotaciones a mano y en lápiz, pero a él no le molesta.


15
Duplicaciones y copias. El 11 de septiembre de 2001, el Vuelo 11 de American Airlines y el Vuelo 175 de United Airlines, secuestrados por miembros de la red yihadista Al Qaeda, impactaron en Nueva York contra las dos torres del World Trade Center, diseñadas por el arquitecto estadounidense de origen japonés Minoru Yamasaki. El 5 de enero de 2002, Charles Bishop, nacido en 1987, estrelló una avioneta Cessna 172 en el piso número 28 de la torre del Bank of America en Tampa, Florida. En una nota, el suicida y única víctima del atentado dejó constancia de su admiración por Osama Bin Laden. Su familia demandó a la compañía farmacéutica Roche alegando que la medicación que Bishop tomaba para el acné lo había llevado a la psicosis. ¿Bishop se transformó en el primer mártir 2.0? En el lugar en el que Wikipedia completa la ocupación de sus biografiados, se lee «piloto». Las fotos que hay en Internet muestran la cola de la avioneta Cessna colgando del edificio como el espinazo quebrado de un pez.


16
Leo en el diario que, en Buenos Aires, uno de cada tres piercings termina en problemas de salud. «Es un buen promedio », dice D’ambrosio. También leo que encontraron el eslabón perdido cerca de Fráncfort y que los científicos están preocupados porque, en Argentina, todavía no tenemos aceleradores de partículas.


17
El marketing es apenas una parte de nuestra imbecilidad y nuestros prejuicios. Como un estadio de césped radioactivo, elmarketing tiene límites muy claros. Por ejemplo, se termina donde empieza el Estado y la burocracia. La burocracia se come almarketing como un perro salvaje a un pollo de campo. Se come todo. No quedan ni las plumas.


18
De verdad. Créanme. El marketing como exomáquina de subjetivación es pobre. Todavía pesa más la educación elemental con maestras menopáusicas de carne y hueso.


19
Utopía, logos y comunicación. Llego por Facebook a un video colgado en YouTube. Se titula The Media Revolution y dura cinco minutos. Su ritmo pausado y claro resulta atractivo. Lo que se cuenta también, pero menos. Son ideas que se conocen desde la literatura y el cine pero sobre todo desde el encendido diario de nuestros pobres clones rellenos deWindowsVista. La potencia del corto está en su fuerza lírica. La voz que narra es un avatar de Philip K. Dick y predice, sin mucho riesgo, que a corto plazo todos los contenidos de los medios se verán unificados en la web. Pero anticipa que Lawrence Lessig va a ser el secretario de Justicia de los Estados Unidos en el año 2020 y que va a declarar ilegal el copyright. Y también que en algún momento del siglo XXI vamos a poder enchufar nuestras cabezas a la red de redes. «Experience is the new reality», dice la voz replicante de Philip K. Dick. Lejos de las especulaciones contemporáneas, ese y no otro va a ser el momento de inflexión. El segundo año cero después del nacimiento de Cristo. No obstante, me gusta pensar que se trata de una profecía incompleta. En el video de YouTube el subtitulado en español, deficiente y con erratas, hace dudar de que la revolución de los medios sea tan democrática. La variable política —praxis y descomposición— no parece estar contemplada en esta triunfal entrada del hombre a la existencia virtual.


20
Por su parte, la Gran Revolución de Octubre fue mecánica y llevó a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas al siglo XX saltando varios estadios de la cadena evolutiva. La próxima revolución ¿será exclusivamente digital? En todo caso, los fusilamientos hay que hacerlos presenciales.


21
Los blogs comparten con los libros el encanto trágico de la lectura entendida como una pasión narcisista. Laweb nos transforma a todos enMadame Bovary, pero a muy pocos en Flaubert.


22
En Wikipedia se puede leer un artículo sobre el «Síndrome de la cabeza explosiva». Se llama así a esas explosiones que sin causar dolor se escuchan dentro de tu cabeza cuando pasás más de quince horas frente a la computadora.


23
Piratería digital. Pierre-Joseph Proudhon, mil veces refutado por Marx, escribe «La propiedad es el robo» en un cartón colgado de un puesto del Parque Rivadavia y vuelve a entrar en el juego de las sillas del capital simbólico.


24
La web afecta también a los que no se dejan afectar por la web. De hecho, a esos es a los que más afecta.


25
Un amigo me cuenta la historia de la chica que pierde el teléfono celular porque se le cae en el inodoro del baño de un bar. El aparto deja de funcionar y ella también. Se dan una serie de malentendidos. El hombre que la espera es casado y ella tiene la mala idea de llamarlo a su casa desde un teléfono público para avisarle de que ya no está conectada. Atiende la mujer. Etcétera. Son las ventajas y desventajas del adulterio administrado desde los mensajes de texto. La logística de las relaciones sociales funcionando en una pantalla portátil de cuatro centímetros cuadrados.


26
Este libro se hizo con textos escritos en procesadores de texto diseñados casi exclusivamente por las mismas empresas. Y después viajó varias veces, íntegro o en partes, por la web. Hace diez años eso hubiera sido simplemente imposible.


27
¿O quizás deberíamos decir quince años? Digamos quince por las dudas. Hace quince años hubiera sido imposible.


28
La elección de los cuentos que aquí se presentan se guió por mi gusto personal, los límites de mi talento y las posibilidades materiales de la antología. Se podrían hacer tres libros más como este con jóvenes narradores de Argentina, sin bajar la calidad y sin repetir un solo autor.


29
La primera vez que estuve en Madrid fui al Rastro y me compré una máscara de gas por diez euros. La tengo arriba de mi escritorio. Me da seguridad. La mujer que me la vendió dijo que era de verdad.


30
Nuestro corazón empieza a funcionar en el vientre materno. Trabaja a un ritmo de entre sesenta a cien pulsaciones por minuto durante toda nuestra vida, salvo cuando dormimos que baja a cuarenta o cuando hacemos actividad física, que puede subir hasta doscientas veinte. Solamente se detiene cuandomorimos. No hay necesidad de resetearlo. No hay que reinstalar el sistema operativo cada dos años. Y viven mejor los que pueden prescindir del último modelo de marcapasos atómico. A D’ambrosio la idea lo angustia. «Por favor, no me lo recuerdes» me pide cada vez que saco el tema. Son entre sesenta a cien pulsaciones por minuto durante toda nuestra vida. Ustedes hagan la cuenta.



Este texto es el prólogo a la antología Hablar de mí (Lengua de Trapo). La selección también es de Juan Terranova.

Vía Eterna Cadencia

La ilustración de apertura del post, realizada a pedido de Klamahama para "conectar" con el texto de Terranova, es una obra de la diseñadora María del Valle Moreno.

0 comentarios: