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Pócimas para ingenuos

10 abril 2010



Blackie

1. Dicen que hay que hacer las cosas con buen gusto.
Pero el buen gusto es, todo el mundo lo sabe, algo que usan las señoras para combinar los almohadones con el papel pintado.

2. Además, hay muchísimas cosas que nos gustan.
Pero la mayoría nos gusta sin saber por qué, y analizarlo podría ser una forma de engañarse. A veces, cuanto menos sabemos por qué nos gusta una cosa, un sabor, una historia o una imagen en nuestra retina, más nos gusta

3. Entonces, probablemente ese rasgo inasible que tienen en común las cosas que nos gustan sea una de las claves para que nos gusten. Por eso nuestro criterio, nuestros gustos, nuestras emociones, siempre quedan un poco del lado del desconocimiento, un poco fuera de la conciencia.

4. Hemos llamado Blackie a ese criterio, tan opaco que lo abarca todo, tan vago que se confunde, tan inmediato que se nutre de instantes, trocitos, y sobre todo, de mezclas imposibles.

5. El mundo es un exceso nunca antes visto. Recibimos a diario miles de bocados de realidad, los sentido se marean, la intuición se sobrepone a la razón y falta el tiempo para formarse, para informarse, para deformarse. Estamos perdiendo la costumbre de querer construirnos, de querer ser conscientes de cómo queremos ser y qué queremos que nos guste. Estamos perdiendo el criterio.

6. Y qué. Mejor. Quizás estemos cambiando la manera de construirnos. Quizás ese cambio haga que nos entusiasmemos más ante tanta información bonita (¿por qué será que sólo lo feo parece existir o ser de verdad?), tantos azares agradables, cosas que nos gustan y no sabemos por qué.

7. Por eso queremos hacer de "filtro amoroso", que es como los santeros le llaman a las pócimas para ingenuos. La ingenuidad, la ausencia de método, pero sobretodo la actitud, el desorden y el desconcierto es lo que reivindicamos.

8. Ah, y la belleza. Lo feo se combate con belleza.

9. Volviendo a lo de antes: Hemos llamado Blackie a ese criterio. Pero de tanto usarla, ya ni siquiera nos gusta la palabra "criterio". Se ha gastado. Que le den, ya no pensamos volverla a utilizar.

10. Entonces, ahora sí, hemos llamado Blackie a eso que se está construyendo, pero podría haberse llamado, Drusba, "*", o Luismiguel. ¿Por qué Blackie? Eso es otra historia que ya contaremos.

11. Resumiendo (concéntrate al leer esto): Queremos que leas esto y pienses que Blackie hace libros para ti, y que además entiendas por qué los elegimos, sin saber muy bien por qué lo entiendes.

12. Al fin y al cabo os queremos.

13. Aunque no sepamos quién sois.

Blackie Books, Barcelona

* * *

BLACKIE BOOKS es un sello editorial puesto en marcha por Jan Martí (Barcelona, 1982), que estudió filosofía y ahora es músico. El objetivo final de este proyecto no está decidido: dejaremos que los libros se ocupen del asunto, pero seguramente acabe teniendo que ver con lo que entendemos por belleza (1). Por el camino, trataremos de hacer de la actitud nuestro método y del desconcierto nuestro hábitat (2), con lo cual lo más sensato será decir que el objetivo de Blackie Books es que sus libros, de momento, quieran: a) despistar las estanterías b) saltar de las estanterías c) probar muchas estanterías d) pasar la noche en las estanterías de otros (3). Publicaremos literatura, es decir, lo que creemos que es literatura, pero también ensayo divulgativo o del tipo llamado "radical", manifiestos de ayer, hoy y siempre, libros infantiles, creadores o destructores de tendencias, y cualquier cosa que pueda hacer pensar o emocionar. Y si vende, mejor. No tenemos prejuicios en ese sentido (4).

NOTAS AL PIE:
(1) - Que es algo a medio camino entre la Venere de Botticelli y Carlos Baute.
(2) - Como la tienda
(3) - Y hacer una pijama party
(4) - De hecho, queremos forrarnos y ser P.I.M.P.s.


(Publico este texto porque está impregnado de esa ironía poética que tanto me gusta, esa manera simple y agradable de hilar las palabras que te acerca al autor casi como si fueras su amigo. Una brillante toma de posición e ingeniosa defensa de un proyecto. No compré ni leí sus libros -aunque me gustaría, claro, el catálogo es pequeño y sustancioso-. De paso aclaro que llegué hasta la web de Blackie via Escrito en el viento, el blog de José Angel Barrueco. /A.M.)

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