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VII

03 mayo 2010


Persépolis sucederá en cuanto la nombres.
No busques atrás. Es a tu lado
donde están sus palacios y sus ruinas.
Sus artesanos salen en fila de tu boca.
Sus fortificaciones y su puerta inconclusa
tiemblan como un reflejo en el río
suelto en el aire que atraviesa tu mano.
El cachorro corre,
busca y muerde la reja
cuando la temporada de dentición
se vuelve
insoportable.
Aunque lo sueñe hay dolor.
Aprieta la mandíbula.
Así se muerde el viento
para que no desaparezca
una ciudad.


De Pájaro de China

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