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Skate en África

15 junio 2010


No voy a ponerme en contra de un fenómeno que ocupa la vida de casi todo el planeta apenas durante un mes y cada cuatro años. Sólo diré, a propósito de tantos millones invertidos en lograr una imagen perfecta de (al menos una parte de) África, que no todo es fútbol. También hay otras miradas que hablan del continente cuna del hombre, de su gente, de su pobreza y de sus sueños, como los de cualquiera de nosotros al otro lado del mundo.


Yann Gross: Kitintale


El fotógrafo Yann Gross es el autor de “Kitintale”, un reportaje que trata sobre la construcción de realidades con los mínimos recursos disponibles. Lo hace a través de la historia de unos chicos de Kampala, que a partir de la motivación colectiva frente a la práctica del skateboard, construyeron el único circuito de rampas existente en todo el Este africano.



En un documento publicado en su web junto a las fotos que te mostramos en Klamahama, el autor dice: "Todo mi trabajo se centra en las identidades, los sueños y los sentidos de pertenencia a comunidades. Estoy realmente interesado en la forma en que las personas se unen para crear su propia subcultura. Los primeros skaters de Uganda se inspiraron en la televisión, pero no había sitios con cemento para practicar donde vivían. Ellos construyeron el único skatepark de África del Este con sus propias manos en Kitintale, un suburbio de trabajadores de Kampala.
Sin ayuda del gobierno o grandes ONG, los niños de Uganda dieron un paso muy importante para superar el aburrimiento y la pobreza mediante el skateboarding.
La práctica del skate mantiene la juventud ocupada, combate el desarrollo de hábitos negativos y desarrolla un sentido de pertenencia a una comunidad.
Los patinadores más grandes también se convirtieron en una especie de maestros. Hablan de los problemas que enfrentan muchas familias ugandeses, como el HIV o la malaria o tratar de inculcar valores como el respeto y la solidaridad entre los los más jóvenes."



Más imágenes de Yann Gross, en su web
Lo leí en Tragasaliva

4 comentarios:

PÁJARO DE CHINA dijo...

Una entrada entrañable, Ariel. Para mirar lo que nadie ve. Quizá sea el juego lo único que nos salva de la melancolía interminable. Pero no el juego organizado para el lucro de los poderosos de siempre. El juego de la vida-skate.

Un abrazo fuerte.

Ariel dijo...

Amiga, muchas gracias! Te digo algo: este es el tipo de comentarios que deseo que lleguen cada vez que posteo. Pocas veces se da, eso de sentir cosas realmente parecidas o iguales. Hoy aprendí algo con vos, a mirar a la melancolía de frente, como quien mira una vaca a los ojos. Y que el juego puede ser un antídoto.
Gracias!!

La Condesa Sangrienta dijo...

Y si no juugamos, quizá nada tenga sentido.
Hermoso texto, bellas fotografías. Gracias

Ariel dijo...

Condesa: estoy de acuerdo, nada tendría sentido si el juego no nos atravesara la vida. Mi hija de dos años me enseña eso cada tarde después de la absurda rutina diaria en la oficina.
Muchas gracias por tus palabras y seguir por acá!
Abrazo, Ariel