

El sistema divorcia la emoción y el pensamiento como divorcia el sexo y el amor, la vida íntima y la vida pública, el pasado y el presente. Si el pasado no tiene nada que decir al presente, la historia puede quedarse dormida, sin molestar, en el ropero donde el sistema guarda sus viejos disfraces.
El sistema nos vacía la memoria, o nos llena la memoria de basura, y así nos enseña a repetir la historia en lugar de hacerla. Las tragedias se repiten como farsas, anunciaba la célebre profesía. Pero entre nosotros, es peor: las tragedias
se repiten como tragedias.

Eduardo Galeano, El libro de los abrazos
La imagen corresponde a la cubierta del libro
Memoria de crímenes de Ray Bradbury
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