Desde la década del 50 el vinilo se convirtió, en términos de indumentaria, en un elemento excitante. Su uso, al principio sólo imaginable en seres perversos, se hizo habitual en ambientes que van del punk rock, al cine, pasando por los diseñadores vanguardistas, los cómics y todo lo relacionado con la estética sadomasoquista. Esta semana Klamahama viste sus mejores galas vinílicas para calentar el ambiente y asistir a los últimos días del invierno 2008.
Pasen. Vean.
Y toquen lo que más les guste.
Escribe: mdvalle
1975, Kings Road, Londres. El me dá un sonoro y profundo beso y oigo en mi sueño el taladrar de mis tacos aguja....esta noche estoy vestida de vinilo.
Despierto y veo a un pálido David Bowie traspasar la puerta de un local pequeño, famoso por venderle a los artistas interesados en la moda artículos extravagantes y novedosos para incorporar a sus exigentes vestuarios. El sitio, antes conocido como "Too fast to live, too young to die" y antes de eso como "Let it rock", ahora se llama "Sex, exclusive for soldiers, prostitutes and punks" y para provocar abiertamente al conservadurismo victoriano, está decorado con graffitis de frases extraídas de Scum (el manifiesto de Valerie Solanas), revistas porno y juguetes sexuales de goma.
David traspasa la puerta y como es David es atendido por sus dueños, la diseñadora Vivienne Westwood y su pareja Malcolm McLaren. En los percheros se exhiben remeras con cierres y agujeros en el área de los pezones, pantalones con cadenas, camperas rotas sostenidas con alfileres de gancho y con el logo anarquista, ropa de vinilo y otras prendas de carácter fetichista. Hay pocos espectáculos en mi vida cotidiana tan seductores como imaginar a al joven David saliendo de allí con un par de pantalones que dan el nuevo look: "mojado".
Es el efecto obtenido por el vinilo.
Ese brillante objeto del deseo.
Años después, con mi copa en la mano, pienso que el vinilo se convirtió en un elemento de moda y fetiche por el impulso de aquella locura surgida de Sex, de Westwood y McLaren.
Para dar una idea de la influencia que tuvo la explosión punk en el uso de la ropa de vinilo -en especial en el ambiente del rock- recordé dos casos opuestos.
A Bono, tan irlandés, enfundado en un trajecito de vinilo ajustado listo para comenzar la gira ZooTV en Rotterdam, en 1993. El personaje se llama The Fly y el color rojo escarlata sería luego cambiado por un negro más sobrio.
Y a los integrantes de la banda Gazette, parte del movimiento estético japonés "visual kei", que tuvo su apogeo a fines de los 80 en las principales ciudades de Japón. Visual por la apariencia visual de los artistas, y kei es la palabra japonesa para definir "estilo". Este estilo incluye elaborados vestuarios con ropa de vinilo.
Y entonces estuve a punto de detenerme a leer cada palabra... pero dejé la copa y decidí seguir hasta el final sin censuras. Investigar sobre aquellos materiales no tejidos, como el látex, que ya habían sido usados en décadas anteriores para provocar una reacción claramente sexual.
Betty Page se convirtió a mediados de los 50 en uno de los iconos del fetichismo y el erotismo moderno a través de fotografías y películas de bajo costo.
Su inocencia perversa fue inmortalizada por el fotógrafo Irwing Klaw. Betty vestida con portaligas, prendas de látex, medias de red y zapatos de punta. Betty irrumpió de tal forma en la cultura pop y la moda, imponiendo un estilo, que hasta hoy se hace frecuente entre las tribus punk, rolingas y góticas.
Pero no fue hasta los 70´s, con las prendas de Westwood y todo el movimiento punk, que se habló de la ropa "plástica". El “brillo mojado” llegaría más allá de lo imaginado y aquel material frío y resistente con el que se reían del consumismo y la burguesía, 30 años después encarnaría la forma más pura del materialismo: el fetichismo.
Guiada por el impulso curioso de las palabras, investigué. El látex es de origen vegetal y el vinilo es una síntesis química descubierta en 1838, pero no fue sino hasta la década del '60 que mediante investigaciones y experimentos se lograron los usos que hoy conocemos en la indumentaria.
Probablemente sean las tendencias sexuales creadas en el imaginario colectivo lo que incentiva a algunos diseñadores de moda a utilizar en sus colecciones, cada vez con mayor frecuencia, prendas confeccionadas de látex, vinilo y otros materiales similares. Cada año hay más látex en las pasarelas internacionales. Prendas que se adaptan como guantes a los contornos de la figura femenina y que dotan de un brillo especial al cuerpo.
Es el caso de Issey Miyaque, el diseñador más experimental que ha dado el Japón del siglo XX. Sus trajes son considerados "esculturas para usar", a los cuales da forma valiéndose de las texturas high tech (la evolución del látex y el vinilo).
Mencionar el uso del látex en prácticas sexuales fetichistas como el bondage y el sadomasoquismo abre la puerta hacia un mundo escondido durante décadas pero que hoy es comercializado sin tabúes.
Para la diseñadora Molly McGee, “la escena fetichista es tan oscura y seria porque por muchísimos años tuvo que marginarse a las catacumbas, siempre se los valoró de forma muy negativa. Pero al final de los 90, cuando ya asimilamos el sida, el fetichismo aparece como una práctica sexual segura. Y además, cuando estás todo enfundado en látex no te puede molestar un modesto preservativo”.
McGee es la baterista de los Panther Sahib, la banda de punk rock para la cual ella también diseñó el vestuario con cortinas de baño y fundas de vinilo para sillones. “Pero cuando descubrí el látex, y sus maravillosos colores empecé a crear en serio -dice-. Es un material increíble porque se lo puede manipular mucho más fácil que al cuero”.
Sus diseños cambiaron la estética tradicional fetichista y los hizo accesibles para su comercialización en Estados Unidos. El gran impulso llegó cuando el canal HBO le encargó el vestuario completo para una boda en látex para el programa Sex Bytes, incluida hasta la lencería de la novia.
Claro está que éstas ropas brillantes nos hacen más deseables, vulnerables… pero si lo pensamos un poquito, protegen tanto que no hay manera de llegar... Tomé otro trago, y me vinieron a la mente los superhéroes de goma.
El género fantástico es uno de los que más frecuentemente recurre al látex y al vinilo para la creación de trajes a medida. Ya sea en coloridos y accesibles cómics o en millonarias películas de Hollywood, los superhéroes visten habitualmente ropas de estos materiales. Telas adherentes que nos muestran cuerpos siempre extraordinarios, colores brillantes y agilidad de movimientos los hacen característicos. Desde Superman en adelante, cada superhombre o heroína designado para salvar al mundo invariablemente debe vestirse con su respectivo catsuit haciendo notorias las curvas que no dejarán de seducirnos. Angelina Jolie en Mr. & Mrs. Smith, Uma Thurman en Avengers, Natasha Henstridge en Species, Charlize Theron en Aeon Flux y la insuperable Michelle Pfeiffer en Batman Returns son sólo algunos ejemplos.
¿Y acá? Recuerdo el video de Jugo, de los Kuryaki: tres eróticas señoritas vestidas de policía con minifaldas de vinilo y a Emmanuel Horvilleur luciendo un pantalón negro.
Detrás de la copa vacía, la nota encuentra su final y pienso que todo lo que brilla puede aparecer en tus sueños, pero solo si te vestís de vinilo…
Hasta aquí llega el fetiche que nos toca. No olviden que aquello que nos fascina, nos apasiona, nos seduce y nos atrae, nos hace irresistibles.
mdvalle es Diseñadora de Indumentaria. Lo que fue, es y será: docente en una escuela de diseño, diagramadora de un diario de Neuquén y la revista El Borde, creativa en publicidad y arte de tapa de discos. En MySpace expone sus graphic beats.