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Discos elementales, mi querido Watson

29 mayo 2008

Puesto a investigar la identidad del sujeto en cuestión, el cronista cae en la cuenta que no tiene muchos datos. Y los que tiene -apenas algunos- no dicen demasiado. Datos básicos. Sugestivos. Que le provocan
a) un ligero movimiento de unión entre ceja y ceja,
b) un leve frunce de la nariz,
c) una ligera sospecha: mmm...me está metiendo el perro
d) una duda existencial como correlato: ¿este flaco de que planeta viene...?
Para no caer en falsas idolatrías, el cronista, entonces, decide compartir los datos con los lectores.
Veamos:

Claudio tiene 22 años, nació en 1986, y por alguna razón extraña, prefiere escuchar discos creados veinte años antes de su nacimiento. Otros son más recientes, de los 80 y 90. Pero para entender quién es el autor de las reseñas que vas a leer [Discos elementales], te damos algunos datos que él mismo aporta.
Dice Claudio de Claudio: "Simplemente soy un estudiante de Derecho, argentino por azar y cosmopolita por elección, que prefiere toda la vida anegarse en las páginas de autores como Borges, Mann, Kafka, Dostoievski, Shakespeate, Rimbaud, Victor Hugo, Rubén Darío y García Lorca, entre otros, antes que concentrarse demasiado en códigos civiles o penales".

Así, de frente, dispara balas llenas de letras cumbres.
Pero eso no basta para definirlo. Dice, también, que es "de temperamento pesimista y mente optimista" y "melancólico", entre otras cosas.

Agreguemos que en su blog Vagabundeo resplandeciente se desparraman citas al Che Guevara, Alfred Hitchcock, George Orwell, Papillon, Lovecraft, Bukowski y Robert Smith, y muchos más.
Y consideren, además, que mantiene el flog Where is my mind? que funciona como una caja llena de sorpresas: cine, literatura, arte, videos, rock, psicodelia y varios etcéteras. Todo eso puede ayudarnos a entender quien es Claudio.
Desde mi punto de vista, creo que con estos datos puede completarse la investigación: estudiante de leyes, más cerca de los veinte que de los treinta, una discoteca con más ítems en las secciones de los '60 y '70 que de los '80 en adelante, que lleva la fundacional "Rebel Rebel" de David Bowie metida en un bolsillo, y que descarta a Roger Waters y David Gilmour para quedarse con Syd Barret. Interpretad vosotros, confundidos lectores.


A reseñar, que se acaba el mundo

Muy informado, con lenguaje rico y ajustado, Claudio elaboró para su Vagabundeo resplandeciente reseñas de una extensa lista de discos fundamentales del rock y los llamó con sencillez los "discos que influyeron en mi formación musical".
Se trata de discos que hicieron historia -cuyos títulos iremos descubriendo poco a poco- de los siguientes artistas: The Kinks, Talking Heads, The Stooges, Dylan, Hendrix, Bowie, Supertramp, The Zombies, Patti Smith, New York Dolls, Jefferson Airplane, Joni Mitchell, Cat Stevens, George Harrison, Televisión, Fleetwood Mac, The Who, Creedence, ELO, Beach Boys, Zeppelin, Velvet Underground, Doors, U2, Nirvana, Guns N' Roses, Queen, Rolling Stones, Beatles, Pink Floyd y Nick Drake.
En la lista, por el momento, sólo incluye a los argentinos Sumo, Pescado Rabioso, Almendra, Fito Páez y Charly García, que no es poco.

A partir de Junio, como para hacerle frente al frío polar que nos invade, Klamahama incorpora estas reseñas, con su autorización, por supuesto.
La mirada retrospectiva más joven que encontramos en la web sobre una buena parte de la historia fundacional del rock.

Todo sobre sus actividades en la red

La aventura continúa

28 mayo 2008

Pow! El sonido de la lucha Marcelo Candia es Chelo Candia. Dibujante, historietista, muralista y escritor. Según dice él mismo en su perfil de blogspot, "nacido y puesto a punto en la ciudad de Allen". Los trabajos que brotan actualmente de sus manos con exquisita factura pueden apreciarse en sus blogs Pow! y Dana y el general, en una importante cantidad de revistas de todo el país, en páginas webs que difunden su obra y en las paredes de General Roca, Río Negro ("fisque menuco", como prefiere decirle para revalorizar la tierra que era de los mapuches y alguna vez le robaron en la Campaña al desierto "que no era tan desierto").
Con la tiza en el puñoDos de las historietas más reconocidas de Chelo son
Con la tiza en el puño y Griten, los homenajes al docente Carlos Fuentealba asesinado a manos de la policía neuquina y al dos veces desaparecido Julio López, respectivamente.
Dice Chelo: "las historietas de Carlos y Julio me salieron como un grito, una puteada, un vómito súbito...". Estos trabajos, que Chelo crea en lacónico, tajante, urgente blanco y negro, ponen sobre relieve su caracter solidario y al mismo tiempo denuncian las injusticias y los criminales con que convivimos.
Sin ir más lejos, no hace mucho se levantó polvareda porque
un político propuso borrar el mural que pintó en San Martín de Los Andes, inspirado en la historieta de Fuentealba.

El mural de Fuentealba en S.M de los AndesEntre sus trabajos, la historieta con más capítulos y en la que asoma su amor a la tierra del Alto Valle y su apasionada reivindicación de los valores originarios, es
Dana y el General. Una historieta seriada, con guión y dibujos propios, cuya saga podés seguir en un blog exclusivo de la tira.
Según sus palabras, "la historieta comienza cuando Dana llega a la zona junto a un camarógrafo para filmar un documental histórico sobre la ciudad. A medida que se desarrolla la trama, Dana va recorriendo parte de la historia reciente de la ciudad de General Roca, en medio de extraños sucesos que mezclan tanto el pasado y el presente, como la realidad y la ficción".
El blog incluye, además de cada tira, un agregado muy especial: comentarios inéditos del autor referidos al guión y que ayudan a entender la trama y amplían los hechos reales que se relatan. Y les aseguro que van a necesitar los comentarios, por lo menos para entender como hizo nuestro querido Chelo para encontrarse face to face con Lara Croft en las calles de Fisque Menuco!!!
Dana y el GeneralChelo también participa del colectivo Historieta Patagónica, un proyecto que reúne a unos 15 dibujantes de la Patagonia y La Pampa quienes publican allí sus obras en forma periódica. De esta manera es posible seguir una tira quincenalmente -algunas semanalmente- pero también leer a diario un estreno distinto.

Chelo en Klamahama

Y acá viene la verdadera noticia: después de arduas negociaciones del tipo ruralistas vs. gobierno, logramos convencer a Chelo para que se suba al tren de Klamahama y nos deleite con sus trazos. En realidad la puja fue muy breve. Al segundo renglón Chelo nos confesó su metejón hollywoodense: "Me decidi sólo por una cosa. Amo a yuliet leuis". Si señores, el corazón de nuestro criollo Chelo se arremolina frente a la dulce Juliette, que nos regala besos desde el encabezado del blog, ahí pegadito al título...
En definitiva, que tendremos Candias originales para regozijo del lector amante del dibujo mordaz.
Pero además, como no pudimos con el genio, le clavamos un desafío en la frente: que utilice, a modo de pseudo-guión, elementos que hacen al ser klamahánico, en este caso fragmentos de diálogos o imágenes de películas y letras de canciones del rock.
Hecho el convite y aceptado por Chelo, nos queda sentarnos a esperar la primera entrega, no sin antes descorchar un indispensable malbec para agradecerle por sumarse al Staff y brindar por hacer de Klamahama un lugar indispensable para vistar. Por lo menos los días que publiquemos sus tremendos dibujos.


Todas las ilustraciones pertenecen a Chelo y las extraje de sus blogs.
Podés ampliarlas haciendo clic sobre ellas.

Direccionario Candia Ilustrado:

  • POW!
  • Con la tiza en el puño, homenaje a Fuentealba
  • Griten, homenaje a Julio López
  • Dana y el general
  • Amnesia binaria

    26 mayo 2008

    Jean-Paul Sartre Un relato perdido, inadvertido. Un archivo de texto archivado entre tantos. Otro número en la computadora de su autora. Una tragedia olvidada, como la vida del personaje de "Amnesia binaria", que parece esfumarse entre jeringas descartables y un futuro sin salida.
    Dice la autora, sucinta y fría como un bisturí: "Trata de un tipo que se inventa un perfil en internet y acaba desarrollando una personalidad alternativa".
    Apagá el televisor que sólo hay porquerías. Acá tenés. Un fragmento de Amnesia binaria.

    Por Ánima [010]

    1. [PULSE] ENTER

    La tarde caía a sus espaldas, y ya, no sabía si él llevaba encima todo el peso del día o todo el peso de una vida mal arrastrada. No tenía ni idea de qué debía hacer ahora, pero eso, al fin y al cabo carecía de importancia porque lo sentía siempre, a todas horas. A veces le servía esperar, simplemente sentarse a esperar y que alguien le diera alguna respuesta, le hubiera gustado tener un asesor personal que le dijera qué debía hacer en cada momento, una especie de iluminador o de luciérnaga que le dijera en qué partes no se iba a hundir. Pero era inútil, se iba a hundir una y mil veces porque era ley de vida, y porque los asesores visionarios no existen excepto en las grandes sectas.
    No le ayudaba ni la psicología ni el Prozac. Se sentaba a esperar pequeños milagros mientras veía freírse los filetes, mientras pasaba la fregona en casa, mientras se rascaba detrás de la nuca y mientras comía en las hamburgueserías. Hasta alguna vez los podía esperar sentado en la taza del báter. Y, si alguna vez llegaban, tampoco eran suficientes. No había ninguna gran redención, una última redención, la definitiva redención, ninguna etiqueta de amor 100%. Solo anuncios de galletas más baratas. Cuando se daba cuenta, la vida ya se había pasado un poquito más, y decidía disfrutar de ese momento hasta que el vuelo de una mosca lo abstraía de nuevo a su tremenda desgracia de platos de sopa vacíos.
    La tarde caía a sus espaldas, y él, atardecía continuamente.
    John Cale
    El trabajo no tenía nada de especial, meter jeringuillas hipodérmicas en envases vacíos, coger el cartón-doblar el cartón-ensamblar el cartón-meter la jeringuilla-cerrar el cartón.
    Después las pegatinas. Ninguna torcida, todas pegadas perfectamente.
    Parte de una cadena industrial, parte del sistema laboral, parte de algún engranaje en alguna parte. Parte del todo. Parte de nada. Infravaloración de la humanidad o supresión de la misma. Un número en alguna parte, un numero médico, un número escénico, un número cómico. Sólo un número. Pero el capataz me miraba con ojos de ascenso, quizá mañana supervisión de la cadena, sueldo 3 céntimos más alto, opción a comprar un piso de 2 metros cuadrados. Parte de nada y llega a la meta. Serás un bonito jarrón chino. O quizá japonés. Una parte del decorado de las calles de Madrid. Puro teatro lo tuyo.

    Me habían dado ese trabajo a través de una amiga, el sueldo era bueno, muy bueno, era lo único bueno de ese trabajo: dinero. Me arrepentí después del primer día, una panda de cotorras sin nombre se inclinaban como arpías asépticas sobre las pilas de cartón mientras despellejaban alegremente, algo de carroña, un buen rumor era lo mejor que podía ocurrir, y si no ocurría pues se hablaba de que pudiera ocurrir.
    Trabajo de 23:00 a 7:00 sin levantar la vista de mis manos, escuchando a una panda de viejas chochas y de chiquillas frustradas hablar de cualquier cosa que no sea su vida porque supongo que cualquier cosa es más interesante, y sigo dándole vueltas a aquello que decían de que el trabajo dignifica al hombre, ¿quién sería el gilipollas?.
    John Cale
    Si pudiera me iría, pero qué demonios, no me puedo ir, si lo dejo me quedo sin paro, sin casa, coche o comida.
    - Hijo mío es un buen trabajo, no se puede empezar por arriba.
    Me quedo sin ilusiones y sin descanso mamá. Cada día creo en menos cosas, cada día me masturbo viendo porno en cadenas que sintonizo remotamente y tengo que imaginarme qué postura tienen en ese momento porque no puedo pagarme una peli porno en condiciones, me compro todas las ofertas del día y casi apenas llego a fin de mes, por las tardes estoy sólo, mirando el acuario, todas esas cometas de agua tragándose la comida de látex que les echo y que a veces pruebo yo mismo para saber qué se siente siendo pez: es pura mierda. Si salgo, mis amigos hablan de fútbol, de tecnología, de vacaciones, y de muñecas hinchables, y si me quedo en casa saco un pez del acuario y miro cuánto resiste. Nunca más de cinco minutos. Cada día estoy más muerto mamá, cada día más. Pero sólo digo:
    - Ya lo sé.
    - Eres un buen hijo. Verás como todo saldrá bien.
    ¿Bien para quién mamá? Envaso jeringuillas. Jeringuillas hipodérmicas.
    La tierra gira a no-sé-cuantas revoluciones por minuto.


    * Las fotos de Jean-Paul Sartre y John Cale fueron publicadas en las revistas HQ y Ray Gun. Desconocemos sus autores.

    Ánima [010] es española y a los 25 años, después de terminar un master de psicología forense comienza a meterse en la piquis de gente implicada en casos legales y policiales.
    En sus momentos unplugged deja que Siouxie (& los Banshees, claro) le murmure canciones de pasiones góticas mientras escribe acerca de la insoportable levedad del ser que nos toca. Los textos resultantes los publica con incierta frecuencia en su Mundo Felíz.
    En momentos sublimes inicia novelas que algún día terminará, como "Amnesia binaria", de la cual publicamos (en exclusiva, dirían ciertos medios) un fragmento de su primer capítulo.
    A partir de Junio, Ánima [010] escribirá regularmente para Klamahama.

    Vaya esto como bienvenida al club y nuestro sincero agradecimiento por aceptar participar y sumarse al Staff.

    Cogito ergo… no sum nada

    23 mayo 2008


    [# CAP.002/23.05.2008]

    Pienso, luego existo… si fuera por Descartes la densidad de habitantes de este país sería la décima parte de lo que es… quiero decir, estamos en democracia ¿no? O al menos un intento DE.
    Pero claro, los niños de ahora son tan inteligentes que en lugar de agradecer que ya no tenemos un ejército de tipos quemándonos los libros, prohibiéndonos estudiar y matándonos indiscriminadamente por el solo hecho de pensar, ¿Qué hacen? Se violentan con gente de su misma generación por tener un estilo diferente… por escuchar otra música!! Por favor!!
    Que si sos flogger, que si sos rolinga, que si sos metalero, que si sos cumbiancha, que si sos dance… encima se dan el lujo de filmarlo con los celulares… dejense de joder y vayan al colegio!!
    Después piensen y después existan…

    Child with a toy hand grenade in Central Park by Diane ArbusLuzie Q, una rocker que avanza sin frenos entre leyes Gaggustinianas, canciones de Cream, teorías del diseño y libros de Kandinsky tratando de encontrarle un sentido a todo esto. Pueden dejarle sus valiosos comentarios aquí o en su acorazado fotolog, La Naranja Mecánica, donde suele conectarse a 220 a casi a diario.

    La foto de la dulce criaturita se titula "Child with a toy hand grenade in Central Park" (NYC, 1962) y pertenece a la fotógrafa Diane Arbus.

    Aquella noche en que Calamaro salió vivo de allí....

    21 mayo 2008


    { Escena 001/21.05.2008 }


    Era un tugurio de la calle República de la India, en una de las laterales del zoo. Corría el invierno del 90, y en la puerta no había un alma.
    Dudamos pero entramos y menos mal...ya casi no cabía un cuerpo!
    Allí dentro era verano, y volaban los tapados y bufandas.
    En un piano, escenario minúsculo, Andrés Calamaro se despedía de Argentina.

    “Llorándole a un Pescadas su borrachera cruel,
    o confesándoles sus pecados a la pared...”

    Y en el medio del lugar recién comenzaban las borracheras de Fresan y Forn, de Fito Paez y Lizarazu, de Cantilo y García, y las de un montón de anónimos que –al noveno trago, supongamos- ya llorábamos pidiéndole a Andrés que no se vaya, por favor, que no nos deje...y él como si nada, “adiós, amigos, adiós....”. Hasta los elefantes deben haber llorado esa noche, porque andaban por allí Rada y Beto Satragni, antiguos compañeros de un Calamaro joven, dientudo, con pelo largo y huyendo de este país austral a hacer la España....
    Convengamos, en ese momento era imposible comprar un vinilo o un cassette, imaginen vivir! En el país del radicalismo alfonsinista, al ritmo del plan austral, un sábado a la noche con amigos había que gastar medio sueldo para hacer una tarta de jamón y queso y tomar 4 cervezas.
    Se iba a la facu caminando y se leía muchooo en la biblioteca: las fotocopias costaban oro!
    En los super no había precios: cuando llegabas a la caja te cobraban a valor momento, y en medio de eso el jodido Calamaro se iba a España.
    La vida no valía mucho, por cierto....

    “Nuestro Vietnam, hecho de saliva y sangre...”
    Nuestra cronista extrae del relicario la tapa del disco Nadie sale vivo de aquí firmada por Andrés
    Cuando se editó “Nadie Sale vivo de Aquí” el suplemento Sí, el Tajo y todos los medios jóvenes del país lo glorificaron.
    Pero nadie tenía una moneda en el país austral. ¿Quieren saber nuestro método de adquisición del cassette (no había CD aún)?: juntamos plata con 4 amigos más, lo compramos e hicimos 4 copias en cassettes TDK gracias al centro musical con doble cassettera regalo familiar. Sorteamos el original, y le tocó a Edgardo. ¡Maldito!

    “Ese es mi destino/señal que te he perdido....”
    Calamaro no vendió un disco y decidió exiliarse muchos años, rockeó con los Rodríguez y vendió algunos cds, se llenó la nariz de porquerías, disolvió los Rodríguez y grabó 849 temas, vendió mileeeees de cds hasta acabar en su Vietnam personal, viviendo en un pueblo sin luz eléctrica, sin agua y –joder!- sin computadoras. No dormía. Se politatuó. Se hastió.
    Ahí se desexilió y volvió a la patria, tuvo una hija y gana premios gardel.
    La patria, traidora, lo procesó por expresar que hay noches lindas para fumarse un porrito.
    Y los jueces de la patria lo desprocesaron. Ya es un prócer. Volvió, como Perón, en charter de Madrid.
    A diferencia del General, aún tiene sus manos, con ellas toca el piano, y está vivo.

    Pero no quiero distraerme: estábamos recordando un show para 150 personas.
    Enfrente del local de República de la India, los elefantes se apareaban para combatir el frío.
    Nosotros, adentro, llorábamos.
    Ayudaban el alcohol y el humo, y Andrés en un piano pequeño cantando que pasemos a otro tema, que estábamos con la soga al cuello, que todo era una deuda del corazón (traicionero) y que nadie sale vivo de aquí.
    Fue una noche salvaje, eterna, miserable, triste y rockera.
    Subieron los Makaroff (hicieron su único tema, “Rock del Ascensor”), subió un desdentado Fito Páez, subieron unas chicas y como a las seis de la mañana ya era un bajón, así que adiós. Ya no había más nada que hacer. Unos nos ibamos a Congreso y otros a España y otros quién sabe adonde.

    Fue la despedida más musical y triste en la que participé, o por lo menos así lo recuerdo.
    Repleta de saliva y sangre...

    Eme Eme es psicóloga, especialista en adicciones. Actualmente escribe un libro sobre nuevos consumos y tribus urbanas. En otras vidas trabajó en el suplemento No de Página/12 y en FM Rock & Pop, donde las huestes heavys supieron disfrutar de su columna Vida de ratas, que hoy renace en este humilde periodistic-blog.
    Desde el piso 93 de Klamahama, entonces, le damos la bienvenida al Staff y agradecemos su valioso aporte. Que se repita!

    No hay más tiempo ni historias

    20 mayo 2008

    El cazador cazado: en Amsterdam, Lou Reed captura por un instante el paso del tiempo mientras el fotógrafo Olaf Kraak -autor de esta imagen- lo captura a él y a otros que lo capturan a él y a Reed.

    Hablar de Lou Reed implicaría hablar de The Velvet Underground, Andy Warhol, David Bowie, glam-rock, poesía, literatura, la gran novela americana y otros ítems de los cuales nos ocuparemos oportunamente.
    Por el momento, solo quiero cruzar en el camino su filosa y escéptica mirada con las palabras de nuestra más reciente colaboradora Luzie Q en su columna "A Las Vegas en descapotable". Y es que hay tantos cables tocándose que las chispas saltan con facilidad. Según dijo la escritora argentina Angélica Gorodischer "Todo lo que escribimos trata de tres temas fundamentales: la vida, o sea, el amor; la muerte y el poder". Y Marcelo Figueras, un buscador de historias, contaba, allá por 1987, una anécdota ocurrida entre Wim Wenders y y el cineasta americano Samuel Fuller.
    Wenders, preocupado porque la historia de su película Alicia en las ciudades -aún sin estrenar en aquel encuentro con Fuller- era idéntica a la historia de la película Luna de papel de Peter Bogdanovich, escucha como su admirado director lo tranquiliza con sólo una frase: "No hay más que un puñado de historias". "Entonces comprendió -dice Figueras-: los films, las novelas, las canciones, no hacen sino girar en torno a un número limitado de historias. Operan como variaciones musicales, como relecturas, como remakes -voluntarias o no-. Las coincidencias, aunque notables, no bastan para negarle a una obra el acceso a la vida."
    Y acá es donde entran
    las palabras de Luzie ("Se mueve rápido, se duerme poco, se habla abreviado, y escribir ni te cuento! Todo es tiempo, pero no hay tiempo!").
    Sus frases estallan como bombas pequeñitas en el mismo campo de la batalla contra el tiempo que planteaba el viejo Lou Reed en “There Is No Time”, una de las canciones de aquella biblia del rock'n'roll llamada New York (1989).

    Tapa del disco New YorkNo hay tiempo para celebraciones
    No hay tiempo para apretones de manos
    No hay tiempo para palmaditas en la espalda
    No hay tiempo para que desfilen las bandas
    No hay tiempo para optimismos
    No hay tiempo para pensamientos interminables
    No hay tiempo para patriotismo
    Recordá lo que nos trajeron

    / No hay Tiempo

    Why Lou Reed, una obra del artista John Steins No hay tiempo para felicitaciones
    No hay tiempo para dar la espalda
    No hay tiempo para circunloquios
    No hay tiempo para discursos de memorizados
    No es tiempo para beneficios particulares
    Es tiempo de mostrar las cartas o callar
    No volveremos a tener una oportunidad como esta

    / No hay Tiempo

    No hay tiempo de tragarse la rabia
    No hay tiempo de ignorar el odio
    No hay tiempo para actuar con frivolidad
    Por que se está haciendo tarde
    No es tiempo para vendettas particulares
    No es tiempo para descubrir quién sos
    Conocerse a uno mismo es peligroso
    La libertad de ser vos mismo
    No es tiempo para ignorar los avisos
    No es tiempo para limpiar la plata
    No vayamos a arrepentirnos de lo hecho
    Y dejemos que el pasado se convierta en nuestro destino
    No es tiempo para empezar a beber
    O fumarse unos frascos de crack
    Es el tiempo de aunar fuerzas
    Y apuntar a matar y atacar

    No es tiempo para celebraciones
    No es tiempo para saludar banderas
    No es tiempo para búsquedas introspectivas
    El futuro está al alcance de la mano
    No es tiempo para falsas retóricas
    No es tiempo para discursos políticoses el momento de actuar
    Porque el futuro está a nuestro alcance

    Este es el momento
    porque no hay tiempo.

    “There is no time”, New York, Lou Reed, 1989

    Una escena de Rumble Fish Y mirá como NoSurrender relaciona todo este asunto del tiempo con una película, en su blog El lagarto en tu laberinto:

    Rumble Fish -o La ley de la calle, como absurdamente se llamó en España a esta película de Francis Ford Coppola- esta rodada en blanco y negro. El único color que aparece en la película es el de los peces luchadores del Siam, que, atrapados en la pecera, pelean por instinto entre sí y hasta contra su propio reflejo en el cristal.
    Lo mismo les pasa a los personajes de la película; lo hacen entre ellos en su vida de pecera en la ciudad.
    La película está llena de metáforas y tiene más capas de lectura que una cebolla. Pero los dos temas principales que trata son el aislamiento y el inexorable paso del tiempo.
    Rumble fish es una película sobre el paso del tiempo, el cruel e inexorable paso del tiempo. Siempre y para todos. En casi todas las escenas Coppola nos muestra un reloj, y en los planos generales las nubes pasan a toda velocidad, como una señal obvia de que el tiempo se le pasa a Rusty James más rápido de lo que él está dispuesto a aceptar. Igual que a todos nosotros, claro, con toda su brutal carga de desasosiego, ansiedad y nostalgia (tempus fugit, tempus fugit...)(...) hay una escena en que Tom Waits (que hace de camarero del bar) mira a cámara mientras limpia la barra y dice:

    “El tiempo es una cosa curiosa. Muy curiosa. Cuando eres un niño tienes tiempo, tiempo para todo. Luego pasas un par de años aquí, un par de años allá... no es importante ¿sabes? Y cuanto más viejo eres más te preguntas ¿cuánto me queda? ¿treinta y cinco veranos? Piensa en ello; treinta y cinco veranos...”

    Los rockeros no suelen simpatizar con el paso del tiempo. Acá algunos ejemplos:

    El tiempo no espera por nadie, y tampoco lo hará por mí” (Time waits for no one, Rolling Stones)
    Todavía no sé lo que busco y mi tiempo corre salvaje” (Changes, David Bowie)
    No tengo tiempo para vivir la vida que vivo” (Not enough, The Doors)
    Y te estremeces y te das cuenta de que no volveremos a ser jóvenes nunca más” (Thunder Road, Bruce Springsteen)

    Ahh! Vida moderna!

    16 mayo 2008



    [# CAP.001/16.05.2008]

    Se mueve rápido, se duerme poco, se habla abreviado, y escribir ni te cuento!
    Todo es tiempo, pero no hay tiempo!
    Que el trabajo, que la facultad, que si no trabajo no tengo para pagarme la carrera, que si no termino la carrera voy a seguir trabajando de esto toda la vida.
    Que si trabajo medio día no me alcanza la plata para hacer lo que me gusta, pero si trabajo todo el día no tengo tiempo para hacer lo que me gusta!
    Pero, ¿me gusta trabajar? Y si… hay que ser digno, pero… ¿no se puede hacer más despacio?
    Menos mal que existe la música… ¿te imaginas correr en silencio?

    Luzie Q, una rocker que avanza sin frenos entre leyes Gaggustinianas, canciones de Cream, teorías del diseño y libros de Kandinsky tratando de encontrarle un sentido a todo esto. Pueden dejarle sus valiosos comentarios aquí o en su acorazado fotolog, La Naranja Mecánica, donde suele conectarse a 220 a casi a diario.

    La foto de los punks se titula no casualmente "c.o..n..f...l....i.....c.....t", la tomamos de DeviantArt y pertenece a ~FuatYILDIZ

    Desde el piso 93 de Klamahama agradecemos a Luzie haber aceptado el desafío de escribir para nosotros, por lo cual le damos la bienvenida al Staff y esperamos no tener que perseguirla como al amigo HST para que mande sus crónicas semanales. ;)

    Instant-Karma 001


    Nueva sección. Cortita.
    Sin mucha data. Apenas la necesaria.
    Una foto capturada.
    Una porción de la locura y la belleza del mundo.
    Hoy, "Divers". East River, 1948. Una pieza fundamental del fotógrafo Arthur Leipzig.


    La música queda a cargo de Charly:

    Todo el mundo en la ciudad es un suicida, y es la verdad.
    Todo el mundo en la ciudad tiene mil vidas, y es la verdad.
    -Charly García, Suicida, 1989-

    Luces y sombras de Dan Winters

    15 mayo 2008

    U2

    U2 - Amsterdam Arena / New York Times Magazine

    Dan Winters nació en Estados Unidos, estudió en Alemania, y regresó a su California natal para trabajar como fotoperiodista. Allí ganó varios premios por sus fotos y se trasladó a Nueva York, donde trabajó para varias revistas, entre otras The New York Times Magazine, Esquire, GQ, Rolling Stone y The New Yorker. Son célebres sus retratos, su fotografía científica, sus ilustraciones -también es ilustrador-y sus reportajes fotográficos.
    A lo largo de su carrera Winters recibió más de cien premios dentro y fuera de su país. El más importante en 2004, cuando le otorgaron el primer puesto del World Press Photo por una imagen de Leonardo di Caprio. De hecho, muchos de sus mejores retratos tienen como protagonista a actores de fama mundial.
    Otros trabajos fueron encargados a Dan Winters por compañías discográficas, como RCA, A&M, Sony BMG, Warner Brothers y Epitaph, donde tuvo oportunidad de capturar a estrellas internacionales como las que mostramos abajo.
    Winters no cree tener un estilo propio, aunque si la sensibilidad necesaria como para capturar, con mucha sencillez, la esencia detrás de cada rostro. El secreto (a la vista) de sus retratos está en la iluminación, la que modifica especialmente con cada figura.
    La foto de Hunter S. Thompson que publicamos en esta entrada es de Dan Winters.
    Ahora te mostramos otras piezas de este increíble fotógrafo que nos obliga a sumergirnos en la mente de los músicos. A pensar en lo que están pensando. A preguntarnos si una imagen vale más que mil canciones.
    Bono
    Bono - Amsterdam / New York Times Magazine

    Neil Young
    Neil Young - Waimea, Hawai / New York Times Magazine

    Billy Corgan
    Billy Corgan de Smashing Pumpkies - Hollywood, California / Entertainment Weekly Magazine

    Morrissey
    Morrissey - Los Angeles, California / New York Times Magazine

    Tom Waits
    Tom Waits - Santa Rosa, California / Stern Magazine

    Tim Burton
    Tim Burton - Santa Mónica, California / New York Times Magazine

    : : Web de Dan Winters

    Hunter, in the sky with diamonds

    El Gonzo, ¿estará buscando el cucumelo que Andrés le mandó a los amigos allá arriba?

    El 21 de febrero de 2005, un día después del suicido de Hunter Thompson, Red River Captain escribió esta despedida en el blog Rio Rojo.

    Hunter S. Thompson (18 Julio 1937 - 20 Febrero 2005)

    Foto Denise Truscello-Wire,Image.comConozco el principio. No el final. Cualquiera sabe cuándo será, cómo será, con quién será. Pero puede estar en mis manos. Puedo elegirlo. Cuando me apetece. Porque ya nada me interesa. Incluso porque todo me interesa. Incluida la muerte.
    Y la contracultura, la desvergüenza, la provocación, la vida a tumba abierta, los fastuosos (buenos y malos) sesentas van dejando escapar sus plumas, sus voces, sus guitarras. Sexo, drogas, páginas en blanco, rock, jazz, el tiempo lo termina todo.
    Un tiro en la cabeza y se acabó. No sé. Parece. No he indagado muy a fondo. Hunter S. Thompson deja esa vida que vivió a lo bestia. Miedo y Asco. Los diarios del Ron. Sudamérica. La américa subterránea del 68. Rolling Stone como biblia pagana. LSD como luz a seguir, como mundo paralelo. Periodismo gonzo (sin entenderlo, pero qué bien sonaba).

    No descarto que lo mío sean simples tópicos. Nunca viví esas épocas. Las reviví años después, con la nostalgia del que quiere caminar cerca del precipicio, pero mirando desde la tranquilidad de la cama y una pequeña lámpara. Pero han alimentado muchos sueños. Aunque puntualmente fueran pesadillas.
    Eso sí, a veces pienso que este río lleva demasiados cadáveres. Pero es que toda una época va soltando ya su lastre.
    Glup, que no se hunda la barcaza, dios santo!

    Hunter S. Thompson, quiso probarlo todo, hasta la muerte

    ¿De verdad crees que es así de fácil?

    Hunter S. Thompson

    De Corey Seymour en Men's Vogue:

    A lo largo de los años mucha gente me ha preguntado cómo era ser el asistente de Hunter Thompson. Sólo decían: "¿Cómo era eso?". Algunas veces eran especificaban algo más: "¿De verdad hizo todo eso de lo que escribió?", que es algo así como un rodeo para preguntar: "¿Estaba tan loco como parecía?". Ésa es fácil: la respuesta corta a casi cualquier pregunta sobre Hunter normalmente es sólo "Sí".

    Corey Seymour circa 1994. Foto de Jonathan Elderfield En una época en la que yo ganaba 18.000 dólares al año y me costaba pagar el alquiler, había mañanas en las que, en lugar de sentarme en mi escritorio de la revista a responder llamadas y teclear datos, estaba esnifando cocaína y bebiendo bloody marys con inmensos desayunos del servicio de habitaciones en una gran habitación del Carlyle, mientras escuchaba el Goats Head Soup, leía los periódicos y hablaba de política, de El gran Gatsby y del mejor modo de volar un jeep en mil pedazos. (...) Otro problema era que se suponía que una parte central de mi trabajo consistía en conseguir que Hunter se pusiera a trabajar en sus encargos. (...) ¿Que te lo firme? Le voy a dar un balazo! De Thompson a Seymour (noten el agujero en el centro del libro)Llegué a considerar una victoria de cierta importancia lograr meter una hoja en blanco en la Selectric con Hunter sentado delante de ella. De vez en cuando avanzaba un poco, y aunque su devoción (u obsesión) hacia la palabra y la frase perfectas era asombrosa, su ritmo glacial me enfurecía. Una vez, después de aguantar (léase, ignorar) mi angustia por cómo se acercaba la fecha de entrega, inclinó la cabeza, y con una media sonrisa, casi beatíficamente, me dijo: "Dios mío, Corey. ¿De verdad crees que es así de fácil?". Después me hizo llamar al servicio de habitaciones para pedir todo el cóctel de gambas que tuvieran y una bandeja de mai tais.



    Corey Seymour, fue asistente personal de Hunter S. Thompson durante más de diez años en los 90.

    : : La traducción la publicaron en el blog Balazos.
    : : La nota original, en inglés, salió en en Men's Vogue.

    ¡Idiota! Te amo

    Foto Dan WintersReflexiones espeluznantes sobre la nafta, la locura y la música

    Por Hunter S. Thompson

    Pida nuestro señor a tus siervos, que estén delante de ti, que te busquen a alguno que sepa tocar el arpa; para que cuando el Espíritu malo de parte de Dios venga sobre ti, él toque con su mano, y te sientas bien.
    -Primer libro de Samuel 16/16

    Es domingo por la mañana y estoy escribiendo una carta de amor. Del otro lado de la ventana de la cocina el cielo brilla y los planetas chocan unos contra otros. Siento la cabeza hirviente y estoy un poco inquieto. Mi cerebro empieza a comportarse como un V-8 con los cables cruzados. Las cosas ya no son lo que parecen ser. Mis teléfonos están embrujados y oigo animales que me susurran desde lugares que no llego a ver.
    Anoche, un inmenso gato negro trató de atacarme en la piscina y después, súbitamente, desapareció. Me di vuelta y entreví tres hombres con chaquetas verdes que me observaban desde detrás de una alejada puerta. Uy -pensé-, algo extraño está ocurriendo en este lugar. Húndete bien en el agua en el centro de la piscina.
    Manténte alejado de los bordes. No te dejes sorprender por la espalda. Debes estar alerta. El trabajo del Diablo nunca se revela por completo hasta después de medianoche.
    Fue en ese preciso instante cuando empecé a pensar en mi carta de amor. La claraboya del techo, arriba de la alberca, estaba empacada plantas extrañas se movían en la espesa y total oscuridad. Desde un lado de la piscina era imposible llegar a ver la otra punta. Traté de permanecer quieto y esperar que el agua dejara de moverse. Por un instante me pareció oír que otra persona se metía en la piscina, pero no podía asegurarlo. Una oleada de terror hizo que me deslizara más hondo en el líquido y que adoptara una posición de karate. Sólo hay dos o tres cosas en el mundo más terroríficas que darse cuenta, de repente, de que uno está desnudo y solo, y que algo inmenso y detrás de aquella puerta, y que otra cosa se estaba deslizando hacia mí en la oscuridad, mi suerte estaba echada.
    ¿Solo? No, no estaba solo. Comprendí que no era así. Había visto a tres hombres y un gato negro, inmenso y en ese momento creí distinguir la silueta de otra persona que se acercaba. Estaba a una mayor profundidad que yo, pero podía ver claramente que se trataba de una mujer. Por supuesto, pensé. Debe ser mi amorcito, deslizándose furtivamente por la piscina para darme una linda sorpresa. Sí señor, típico de esta putita retorcida. Es una romántica sin arreglo y conoce muy bien esta pileta. En una época nadábamos aquí todas las noches y jugábamos en el agua como nutrias.
    Old blue eye. Ilustración de Ralph Steadman ¡Dios mío! -pensé-. ¡Qué idiota paranoico! ¡Debo de haber estado volviéndome loco!
    Una oleada de amor atravesó mi cuerpo mientras me enderezaba y me dirigía rápidamente, hacia ella para abrazarla. Ya podía sentir su cuerpo desnudo entre mis brazos... Sí, el amor lo puede todo, pensé. Pero no por mucho tiempo. No. Tuve que estar uno o dos minutos chapoteando en el agua para darme cuenta de que, de hecho, estaba completamente solo en la piscina. Ella no estaba allí; tampoco aquellos monstruos en la esquina. Y no había ningún gato. Era un tonto fácil de engañar. Se me estaba agarrotando el cerebro y me sentía tan débil que apenas pude salir del agua. A la mierda -pensé-, no puedo seguir en este lugar. Está destruyendo mi vida con sus rarezas. Véte y no vuelvas nunca. Se burló de mi amor e hizo pedazos mi sentido del romanticismo. En cualquier clase universitaria, esta terrible experiencia me haría acreedor a una nominación como "idiota del año".
    Mientras hacía el camino de vuelta, comenzó a amanecer. Al pasar por el cementerio reduje la velocidad y, como hago siempre, arrojé una moneda por sobre la cerca. No había cornetas chocando entre sí, ni huellas en la r nieve, excepto las mías, y ningún so, nido en quince kilómetros a la redonda, excepto la voz de Lyle Lovett en la radio y el aullido de algunos coyotes. Seguí manejando con las rodillas mientras encendía una pipa de vidrio llena de hachís.
    Cuando llegué a casa cargué mi Smith and Wesson 45 automática y lancé algunos disparos contra un barril de cerveza que había en el patio. Después volví al interior y empecé a garrapatear febrilmente en un anotador... !Y qué! -me dije-. Todo el mundo escribe cartas de amor los domingos por la mañana. Es una forma natural de adoración, un arte excelso. Y hay algunos días en que me salen muy bien. Hoy, sentía, era sin duda uno de esos días. Claro que sí. Empieza ahora mismo. Entonces sonó el teléfono. Levanté el tubo, pero del otro lado no había nadie. Me recosté contra la chimenea y me puse a sollozar. Entonces sonó nuevamente. Levanté el tubo, pero de nuevo no había voz alguna. ¡Por Dios! -pensé- alguien me está queriendo joder la vida...

    Necesitaba música, necesitaba un poco de ritmo. Estaba decidido a conservar la calma, así que subí el volumen al máximo y puse "Spirit in the Sky", de Norman Greenbaum. La pasé una y otra vez durante las siguientes tres o cuatro horas mientras le daba forma a mi carta. El corazón me latía a toda velocidad y la música hacía chillar a los pavos reales. Era domingo, y yo estaba rezando a mi manera. Nadie necesita estar fuera de sí en el Día del Señor.
    Mi abuela nunca estaba fuera de sí cuando íbamos a visitarla los domingos. Tenía listas las galletitas y el té y siempre estaba sonriendo. Esto ocurría en el lado oeste de Louisville, cerca de las esclusas del río Ohio. Recuerdo una estrecha entrada de cemento y, en el garaje, detrás de la casa, un inmenso auto gris. La entrada tenía dos franjas de cemento y entre una y otra crecían manojos de hierba. A través de las ramas de rosales silvestres, el camino llevaba hasta lo que parecía ser un depósito abandonado. Lo cual era cierto. Estaba abandonado. Nadie entraba en ese lugar, y no había nadie para manejar ese inmenso auto gris. No se movía nunca de ahí. En el pasto no había ningún tipo de huella.
    Según recuerdo, era un sedán LaSalle, una bestia con un potente motor de ocho cilindros y una palanca de cambios de piso, tal vez un modelo de 1939. Nunca logramos ponerlo en marcha porque la batería estaba muerta; además, casi no tenía gasolina. Estábamos en guerra. Para comprar dos litros y medio de nafta había que tener cupones especiales, que estaban fuertemente racionados. La gente los codiciaba y los atesoraba; pero nadie se quejaba, estábamos peleando contra los nazis y nuestros tanques necesitaban toda la gasolina posible para cuando llegaran a las playas de Normandía.
    Ahora, al mirar retrospectivamente, veo con claridad por qué razón íbamos hasta ese barrio a visitar a mi abuela en el Día del Señor: era para birlarle los cupones de nafta del LaSalle. Era una señora entrada en años no necesitaba la nafta en absoluto. Pero su auto seguía en los registros y todavía recibía cada mes sus cupones. Por eso íbamos los domingos hasta su casa.
    Y que hay! Yo haria lo mismo si mi madre tuviera gasolina y yo no. Todos haríamos lo mismo. Es la ley de la oferta y la demanda... y éste es, después de todo, el último y caótico año del siglo norteamericano y la gente se empieza a poner nerviosa. Los que almacenan mercancías están saliendo del ropero, murmurando cosas crípticas sobre Y2K y comprando carradas de estofado de carne marca Dinty Moore. Los higos secos tienen mucho éxito, así como el arroz y el jamón enlatado. Yo, personalmente, estoy atesorando balas, miles de ellas. Las balas siempre van a tener valor, especialmente cuando la casa se quede sin luz y el teléfono ya no tenga tono y a los vecinos empiece a faltarles la comida. Ese es el momento en que uno va a descubrir quiénes son sus amigos de verdad. Hasta los familiares cercanos se nos van a tirar encima. Después del año 2000, los únicos con los que será bueno tener amistad serán los muertos.

    En una epoca tenia un gran respeto por William Burroughs, porque en mis tiempos había sido el primer hombre blanco en atosigarse con marihuana. William era el hombre. Fue víctima de un allanamiento ilegal en su casa, en el 509 de Wagner Street, en Vieja Argelia, un suburbio barato que había del otro lado del río en Nueva Orleáns. Se había instalado ahí por un tiempo para practicar tiro y fumar marihuana. William no estaba embromando. Se tomaba todo muy en serio. Cuando cambiaron la ley, William estaba ahí, esperando con un revólver. ¡Pum! ¡Boom! Todos para atrás. Yo soy la ley. Fue mi héroe mucho tiempo antes de haber oído hablar de él.

    Pero no fue el primer hombre blanco de mi época en engancharse con la marihuana. Ese fue Robert Mitchum, el actor, que tres meses antes, el 31 de agosto de 1948, frente a la puerta de una casa perdida en la playa de Malibú, había sido arrestado por posesión de marihuana y bajo sospecha de haber corrompido a una adolescente. Recuerdo las fotos: Mitchum vestido con una camiseta, gruñéndole a los policías; el mar rugiendo alrededor y las palmeras moviéndose al viento. Sí señor, ése era mi hombre. Entre Mitchum, Burroughs, James Dean y Jack Kerouac, antes de los 20 años, me metí en una carrera sin camino de retorno. Comprar el pasaje, empezar el viaje. Así que bienvenidos a la ruta del trueno, amiguitos. Era uno de esos rollos que me atraparon cuando era demasiado joven como para resistir. Me convencieron de que el mejor modo de conducir era hacerlo a toda velocidad y en un auto repleto de whisky y, para bien o para mal, desde entonces manejo de esa manera.

    La chica que estaba en las fotos con Mitchum parecía tener 15 años y también tenía puesta una camiseta, con un elegante y diminuto pezón saliéndosele por un costado. Los policías trataban de cubrirle el pecho con un abrigo mientras se dirigían apurados hacia la puerta. Mitchum también recibió cargos por sodomía y por contribuir a la delincuencia de una menor. En aquellos años, yo tenía también mis propios problemas con la policía. En quinto año fui oficialmente arrestado por el FBI por haber tirado un buzón delante de un ómnibus. Poco después de eso frecuenté, como detenido, distintas celdas del sur de los Estados Unidos por alcoholismo, robo y conducta violenta. La gente decía que era un criminal y la mitad de las veces tenía razón. Era un delincuente juvenil hastiado de todo y tenía un montón de amigos. Nos dedicábamos a robar autos, tomábamos gin y a la noche manejábamos a toda velocidad por ciudades como Nashville, Atlanta y Chicago.

    Hunter in Straight Jacket. Ilustración de Ralph Steadman

    En ese tipo de noches necesitábamos música y por lo general la encontrábamos en la radio, en estaciones de So mil vatios que se oían con claridad, como la WWL, de Nueva Orleáns, o la WLAC, de Nashville. Supongo que fue entonces cuando todo empezó a andar mal: escuchando la WLAC y manejando toda la noche a través de Tennessee en un coche robado que no sería denuncíado en los tres días siguientes. Fue de esa manera como descubrí a Howlin’ Wolf. No lo conocíamos, pero nos gustaba y sabíamos de qué hablaba. "l Smell Like a Rat" es un gran monumento del rock & roll al axioma que dice: "No hay nada como la paranoia". Wolf podía tocar cosas fuertes, pero tenía también un lado melancólico. Podía desgarrarte el corazón como la peor clase de cabaretera. Si, como se dice, la historia juzga a los hombres en función de sus héroes, que mi expediente muestre a Howlin’ Wolf como uno de los míos. Era un monstruo.

    La música siempre fue, para mí, una cuestión de energía, una cuestión de combustible. La gente sentimental llama a eso Inspiración, pero lo que quieren decir en realidad es Combustible. Yo siempre necesité Combustible. Soy un consumidor nato. Todavía creo, en ciertas noches, que un auto con la aguja de la nafta en cero puede seguir andando ochenta kilómetros más si en la radio uno tiene puesta a todo volumen la música correcta.
    Un Cadillac de ocho cilindros va a andar quince o veinte kilómetros más rápido si uno le da una dosis completa de "Carmelita". Esto ya fue probado muchas veces. Es por eso que a medianoche, en la Ruta 66, se ven tantos Cadillacs parados delante de las estaciones de servicio. Son rufianes de la velocidad y están cargando algo más que gasolina.
    Lono's fighting chair. Ilustración de Ralph SteadmanSi uno se queda observando un rato uno de estos lugares descubrirá un patrón de conducta: un auto veloz e inmenso se detiene delante de la puerta y de él baja una chica de aspecto salvaje, completamente desnuda excepto por un tapado de piel o una parka de esquí, y se mete en el lugar con un fajo de billetes, loca por comprar un poco de música que le asegure manejar a toda velocidad. Sucede una y otra vez, y tarde o temprano uno termina enganchado, se vuelve adicto. Cada vez que oigo "White Rabbit" me siento de nuevo en las grasientas calles de San Francisco, a medianoche, buscando música. Estoy montado en una veloz moto roja yendo colina abajo hacia el Presidio, inclinándome desesperadamente en las curvas, en medio de los eucaliptos, tratando de llegar a tiempo a Matrix para escuchar a Grace Slick tocando la flauta.
    No había música envasada en aquellos tiempos, ni auriculares, ni walkmen. Ni siquiera parabrisas de vidrio plástico para evitar la lluvia. Pero igualmente podía escuchar la música cuando estaba a diez kilómetros de distancia. Una vez que uno oyó la música bien, puede guardarla en la cabeza y llevarla a cualquier parte, para siempre.

    Si señor. Eso es lo que se y esta es mi canción. Es domingo y estoy imponiéndome nuevas reglas. Abriré mi corazón a los espíritus y prestaré más atención a los animales. Voy a llevar conmigo un poco de música de arpa y manejar hasta la estación Texaco, donde puedo comprar algunos tacos de cerdo y leer The New York Times. Después, voy a cruzar la calle hasta el correo y meter mi carta en el buzón. Res Ipsa Loquitor.


    Traducción: Pedro B. Rey

    Rolling Stone, Junio 1999

    El texto fue publicado, en Argentina, en la revista Rolling Stone # 15, Junio de 1999

    : : La foto de Hunter S. Thompson es de Dan Winters y las ilustraciones de Ralph Steadman