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28 diciembre 2008


Comencé este texto el 28 de noviembre pasado. Un mes antes del cumpleaños de mi hermano (el día de los inocentes ya no es motivo para misas ricoteras). Ya no hay inocencia en mi hermano tampoco. Espero que zafe.
Este año pasaron muchas cosas. Para mi, la más grosa es haber sido papá por primera vez. Casi llegando a los 40 es un flash que no podría describir claramente. Acá hice un intento. Uma se llama.

Y lo que de alguna manera nos une (el espanto, mi amor), internet...asomó su sucia cabeza y me dejé seducir: pacté con el diablo y abrí un blog con un nombre que nadie entendiera. Esta es la historia de los últimos 300 días.
Hice de todo por alimentar a la bestia: invité a una banda de locos, leí cientos de artículos, edité los post (aprendí a editar el código!! y todo para que respondiera a mis mandos), reorganicé el blog con una diseñadora, respondí comentarios que llegaron de decenas de personas a las que tal vez no les conozca la cara (y me gustaría!), traduje textos del portugués y del inglés, conocí artistas que ya están muertos, dejé la sangre en la arena con tal de llevar a Klamahama lo más lejos posible. Y llegó lejos, de eso no hay dudas. Tan lejos que no sabía como carajo volver. Y entonces recordé que todo esto había empezado como un juego. Y entendí que el diablo estaba cobrando su parte del trato.

A mi el cine me gusta mucho. Y este año pude ver muy pocas películas. Pero sólo me acuerdo muy bien de una: "Hacia rutas salvajes". Y me quedó grabada, tal vez porque ese día todavía pensaba que en el mundo de capitalismo salvaje que nos toca ya no existía gente capaz de mantener sus ideales hasta la últimas consecuencias. Eso sin joder a nadie. Es una historia tremenda, ya deben haber leído sobre ella. A mí me dejó tristeza. Y angustia. Pero al mismo tiempo una sensación de liberación que, dicen, es propia de los suicidas.


"¿Quien no ha querido o sentido ser Christopher McCandless alguna vez en su vida? (...) agarrar la mochila, dejarlo todo, vivir la vida que uno realmente quiere, sólo con lo indispensable, conocer a gente diferente, lugares de todo tipo y mientras conocerte poco a poco y valorar lo que realmente es importante en esta vida", dice Milo en su blog.



También compré varios libros, pero leí pocos. "Tom Waits. Conversaciones, entrevistas y opiniones" de Mac Montandon es el mejor. Es caro, pero lo vale. También me hice con la biografía de Kurt Cobain, el Tokio blues de Haruki Murakami, tres libros excelentes de fotografías de los '50, '60 y '70, un librito rarísimo, a color, con la historieta Maus, de Art Spiegelman y varios más. Algunos que me llegaron de sus propios autores ya los recomendé. De otros no comenté nada, pero me sirvieron para entender mejor adonde me había metido cuando decidí abrir un blog (y no sabía ni como se editaba mi perfil). Ese libro es "El imperio digital" de Leandro Zanoni, que lo bajé gratis de la red (ahora es tarde, pero compralo porque es excelente).
Este año también escuché mucha música, casi toda en mp3, siempre arriba de un colectivo o caminando por la calle, que es cuando mejor me pone. Escuché mucho Ramones (el único remedio para combatir el odio al Sistema), el nuevo de 7 Delfines, Dancing Mood cuando estaba de buen humor, Andrés Calamaro, The Clash, Talking Heads, Tin Machine, Jesus & Mary Chain, R.E.M., Elliott Smith cuando estaba triste (y me ponía más triste), Jimi Hendrix, Patti Smith, Stone Temple Pilots (que bueno que volvieron!), BRMC, The Dandy Warhols....y me compré en CD "El mamut" de Massacre, porque es el mejor disco de rock hecho en Argentina que escuché en los últimos 10 o 15 años.

Foto: FotopazDejo una lista enorme de pendientes para publicar. El libro de historietas "Ranxerox en Nueva York", de Tamburini y Liberatore. Las revistas CAIN y los suplementos CAIN como huésped de la revista Fierro, en una última etapa de resistencia antes de expirar. Una parva de fragmentos de libros que descansan en estantes y que me dieron sumo placer. Notas de revistas y suplementos que atesoro no se hasta cuando (la española CO&CO, El Tajo del diario Sur, y más). Una reseña de El mamut, un especial de los Jesus y que se yo cuantas cosas más.

Aunque estoy orgulloso de todo lo que se generó alrededor de Klamahama, también esperaba cosas del blog que no sucedieron (me pasa siempre porque me pongo objetivos muy altos en calidad y me exijo demasiado) y durante su desarrollo llegué a conclusiones extrañas. Por ejemplo, que el éxito es un fantasma intangible, un cuco con el que nos amenazan desde que nacemos y que nos envenena día a día. Ahora pienso: a la mierda con el éxito, a la mierda con los estándares de calidad, a la mierda con los objetivos. El éxito es un animal salvaje que te come la cabeza en el instante en que pensás atraparlo. El verdadero éxito es lograr que tus hijos bailen Ramones con vos los sábados a la mañana. Y si no pregúntenle a Punk!.

Habrá quienes piensen que Klamahama está muy bien, que hay gente que lo sigue y todo eso (que ustedes vuelvan a leernos y comentarnos es una satisfacción, sin dudas). Aunque yo no estoy tan seguro de que eso sea éxito. Según las estadísticas fueron más de diez mil visitas en diez meses. ¿Eso significa algo para alguien?.
Probablemente vuelva y escriba algún texto dentro de algún tiempo (es mi escencia, podré frizarla un tiempo, pero no mucho). No se. No es ésta la primera vez que un proyecto me gana la pulseada ("ya rompí cerraduras, fracasos de bronce"). Por ahora estaré poniendo la energía en este pequeño proyecto.
Me gustaría que las personas que pasaron por acá estuvieran conmigo para darles las gracias en persona y abrazarlos. Todos aceptaron formar parte de mi locura aportando sus mejores momentos. María del Valle (mi compañera, un lujo diseñando, una sorpresa escribiendo sobre fetiches & ropa), Luzie Q (siempre a full, pilas & r'n'r), Miriam Maidana y su Vida de ratas que hizo estallar el blog, Florencia "Dana" Marino (talentosa y laburante, gran amiga para grandes charlas), Chelo Candia (tal vez el artista más sensible y generoso que conozca), Daniel Dambrosi (artista brillante y gran persona), Fernando Velazco (nuestro "periodista post-punk", una caja de sorpresas), Gabriel Ferreras (hiperinformado, siempre a la vanguardia), Claudio (ojalá todos los pibes supieran distinguir la buena música como él), Quique Pérez (siempre con música en la cabeza, tipo muy creativo), Leonardo Parente (una personalidad oculta de quien me da orgullo tenerlo de amigo, fanático de H.S.T., su mente siempre estuvo puesta en el periodismo gonzo y así escribe), Fernando Chiappussi (un viejo amigo, maestro escribiendo, fue un placer leer sus artículos), Pol Neiman (uno de esos tipos que creés conocer de otra vida, siempre dispuesto a sumar y tirar buena onda), Carlos Ardohain (su aporte fue pequeño, pero brillante), Cristian Luengo (otro pendex alucinante, con la cabeza en Fantasy, artista con la sangre rocker) y los poetas que participaron de El Escorpión Criollo (todos necesarios para elevarnos, Cíclopa, Alejo, Arha, Cece, Pol mismo... que lo coordinó).
Y daría un brazo por ver una foto de todos los que pasaron, leyeron, comentaron, linkearon, recomendaron y nos dedicaron algunos valiosos minutos de su tiempo para intercambiar pasiones. Algunos me hicieron sentir muy bien, me dieron ganas de seguir, me hicieron reir a carcajadas, todos me hicieron creer que la idea no estaba tan mal.
Pero ahora voy a tomarme unas vacaciones largas y profundas. Me voy al patio con la pelopincho. Y a disfrutar de Uma jugando al gusanito. A hacer un balance de todo lo vivido éste 2008 que me dejó muchos amigos nuevos, mientras me tomo una buena cerveza y brindo por todos ustedes.

Si quieren escribirme, mi mail es arielmartinez.kh@gmail.com
Muchas gracias por soñar conmigo (y todo lo demás también).
Pura suerte y buenas olas para todos.
Feliz 2009 !!
Los quiero,
Ariel

"Aquí se detienen mis pensamientos. No pueden avanzar. Lo que me arrastra con una violencia superior son sentimientos: es la sed de vivir, es la nostalgia, es la sangre, es el delirio de estar a salvo. No son fines; no son propósitos".
"Pero quizá todo esto que pienso es sólo melancolía, sobresalto, que desaparecerá rápidamente cuando de nuevo me instale bajo esos álamos, oyendo el bisbiseo de las hojas. Es imposible eliminar totalmente ese dulce sentimiento que llenó de inquietud nuestra sangre: lo incierto, lo vibrante, lo futuro, las mil visiones del porvenir, la armonía de libros y de ensueños..."


/ E.M.R
"Sin novedad en el frente"

El Escorpión Criollo # 4, the last waltz

27 diciembre 2008



Coordina: Pol Neiman
[Su blog]



Mejor no hablar, by Bukowskiana


ir caminando
entre el viento artificial
del urquiza
esperar detrás de la línea amarilla
sentir la atracción del tren
de la muerte inminente
a un paso de mi cara

mirar alrededor

¿estoy cantando en voz alta?

no voy a saltar
el suicidio es cliché
lo puede hacer cualquiera
está pasado de moda

atrasar a la clase trabajadora
hacerles perder el presentismo
no es mi estilo
no soy suicida
pero juego a serlo

el fantasma de los que no pudieron
sobrevuela el ambiente
me despeina con la brisa del tren

entonces veo viejas ahogadas en vómitos
de pastillas multicolores
veo amas de casa ostentando brazos mutilados
que caen por los costados
del camisón ensangrentado

y un poema que hablaba
del viento del tren por la mañana
y terminó hablando de viejas suicidas.

La Bukowskiana (a.k.a. Madame Barfly) roba rosas de la avenida de la muerte en: bukowskiana

Lobo ¿estás?, by acrobatachino



I
el hedor de la boca
del río de la plata
no es otra cosa que plata

II
río de la plata:
metáfora pobre
hecha de sangre
y ambición

III
el tiempo cuida su caña
(el río siempre a su favor)
y a todo sumerge
bajo la misma esencia
de lo efímero

IV
el río de la plata
en mi valija
la esencia del agua
en todas partes
despierto solo
soy el tipo que
me acompaña siempre

V
más allá el Atlántico
puerta de sal infinita
lugar donde lo desconocido
sucede

Acróbata Chino escribe sobre la cuerda floja en: canguritos del uruguay

Tres postales, by Javier Galarza


I

Ella había llorado todo el día. De pronto comprendí que intentar entenderla era el camino equivocado. Pretender entender es un grave error, sólo amar existe . La tomé con fuerza pero con sumo cuidado y la tendí sobre mi cuerpo en el lecho de la tarde, acariciándola como a una niñita que podría morir de debilidad.
Entonces levantó levemente su cabeza y una de sus lágrimas cayó sobre mi rostro, sobresaltándome; revelándome con violencia, de una vez y para siempre, la desnudez.

II

«Esta te gusta?» me preguntó Flora, extendiéndome una revista pornográfica europea. «Sí, realmente es bonita» dije mientras contemplaba la foto de una rubia helada que bajaba sus bragas sin pudor. «¿Y esta? ¿Y esta otra?». Me preguntó entonces mi novia, mi dealer porno. Me preguntó sobre cada actriz que recordaba, sobre cada amiga suya y cada amiga mía, sobre cada mujer que cruzábamos en la calle, me preguntó por qué, qué haría con cada una de ellas. Extasiada, angustiada, asombrada, de que yo pudiera localizar mi deseo en esa película clase C comprada de baratas en un sex-shop.
Preguntándome de alguna manera «¿qué lugar ocupo yo en todo esto?». Y no habiendo en el mundo respuesta capaz de satisfacerle.

III

Nunca fui un tipo con suerte. Pero dice Bukowsky que aún los desafortunados, en una noche de borrachera, pueden cambiar la cosa. Jamás me sirvieron los consejos de los amigos acerca de la manera adecuada de conquistar a una chica. Pero esa noche entré al bar y vi a mi Ofelia sola e indeciblemente bella entre los neones. Le acerqué mi copa. Creí que le diría algo impresionante; pero sólo pude susurrarle al oído «Estoy solo y perdido y buscando un camino a casa». Entonces caminamos juntos a través de las calles del invierno en busca de cualquier lugar que prometiera tibiezas. Los años han pasado y las cosas no han cambiado mucho. Sigo solo y perdido y buscando un camino a casa.

Javier Galarza no deja de escribir en sus innumerables espacios:

morir en la ciudad y vivir en el intento / javiergalarzants / javiergalarzares / compartimentosjg / las elecciones afectivasSin Título by Avatar Nix



Si otros me dicen:
no sos libre, no lo sos, tu mamá te manda, tu mamá te ordena, tu mamá te domina, no sos libre, no.

Si todos me dicen:
la decisión es tuya, vos podés hacer propia tu libertad.

Todos hablan, y cuando mi respuesta es la acción...
todos callan,
con miedo,
porque a veces parece que duermo,
pero la mayoría de las veces estoy acomodandome las pelotas
para salir corriendo de este mundo de mierda.

y entonces ahí nadie quiere estar en ese lugar desagradable en el que mis respuestas los deja,

porque si no tengo libertad no es por uno, es por la colaboración de todos.

Avatar Nix desparrama su fuego en Incendiario

Las imágenes que acompañan a los escorpiones del post son obras de Pol Neiman.

Sin dudas este fue un año poético en Klamahama. Este espacio sirvió para darnos cuenta que la obras de los poetas son necesarias para inyectarnos aire en medio de tanto humo que nos rodea. Con éste Escorpión Criollo # 4 cerramos otro capítulo más del blog. Tengo que agradecer especialmente a Pol Neiman por aceptar la propuesta de seleccionar cada texto de la sección, por aportar sus fotografías y por la alta onda puesta en el proyecto KH. Y además, gracias a cada poeta/escritor/soñador que aportó sus letras para dar forma a EEC. Que el 2009 sea todo lo que sueñan.

Ariel Martínez
/ Editor

Diario de un mochilero bahiano

19 diciembre 2008


Escribe: Ariel Martínez

Ya me conocen. No soy fan de las cosas light. Prefiero ir a fondo, siempre, conocer todo, saber más, preguntar otra vez. Así que, sumado al post anterior, acá les dejo una pequeña entrevista que le hice a nuestro corresponsal en Brasil, Leonardo Parente, para conocer más sobre su libro gonzo que a mi juicio promete y mucho.

-Leo, contanos de que se trata tu libro "De rolê pela América do Sul - Diario de borde de um mochileiro baiano" que tenés listo y a punto de ser editado....
-En realidad es un libro-reportage escrito con las técnicas del periodismo gonzo. En enero de 2007 me fui de viaje por algunos países de América del Sur, cosa que tenía mucha ganas de hacer desde chico y el viaje me encantó, pero vi muchas cosas diferentes, cosas que no hay en Brasil como la nieve...el pueblo...la sociedad..... Yo no tenía la intención de escribir un libro, pero la experiencia fue muy fuerte. Salí solo con una mochila y dos mil dólares en efectivo, no tenía tarjetas... cheques travels... sólo dinero, algo que fue peligroso...

-¿Qué países visitaste?
-Bien, fueron 4 países... Salí en avión desde mi ciudad (Salvador) hasta Santiago del Chile y recorrí los países sólo en autobús. Después de Santiago fui a Mendoza, en Argentina, volví a Chile, a la ciudad de Valparaíso, pasando por Viña del Mar, seguí por la Ruta Panamericana cerca de 26 horas hasta San Pedro de Atacama... después viajé en jeep por el desierto de Atacama en un viaje de 3 días hasta el desierto de Uyuni en Bolivia... seguí por las ciudades de Uyuni, Sucre, Potosí, La Paz, Copacabana, entonces fuí a Perú por el lago Titicaca... siguiendo hasta Cuzco, después Machu Picchu... volviendo a Bolivia a Cochabamba, donde tomé otro avión a Brasil... eso en 30 días.

-Tremendo recorrido!! ¿Decidiste hacer el viaje para escribir el libro, o la idea del libro surgió después del viaje?
-Después... mis amigos me decían que tenía que escribir un libro, memorias como las del Che Guevara, jajaja. Yo no quería que el libro fuera meramente un relato turístico, entonces escribí en la técnica periodística de un libro-reportage gonzo.

-Vos sos un lector apasionado de la literatura de Hunter Thompson, eso es algo que los lectores de Klamahama ya saben.
-A pesar de que muchos periodistas no reconocen la técnica gonzo, escribí algo que creo es gonzo, vamos esperar que la crítica masacre mi trabajo!...jajaja.

-Entre tanta gente y lugares que conociste, el libro debe tener muchas anécdotas del viaje. Adelantanos alguna.
-Bien, en La Paz, yo estaba con un amigo que conocí en Perú, entramos en un pub que se llamaba "El borracho" a tomar una cerveza. Llegando al interior del pub, muchos viejos fumando marihuana, bebiendo pisco y jugando a las cartas... cuando entramos, todos nos miraban y decian cosas como: "oh, llegaran los maricones...". Un rato después, un viejo se sentó a nuestra mesa y nos pagó cervezas... Hablamos mucho y por fin descubrimos que se trataba de un viejo chileno, gay, profesor de matemáticas y muy amigo, que salió de Chile en la época de Pinochet...eso fue loco, salimos del pub " borrachos" asi como el nombre del pub!

-Finalmente, ¿cuándo estará disponible el libro para comprarlo?
-Ese es un gran problema... quiero una editorial que tenga ganas de publicarlo. En verdad algunas ya demostraron interés, pero tienen algunas exigencias malas, como sacar todas las referencias a drogas... y para un libro gonzo, eso no es posible... Creo que muy pronto tendremos el libro.

-Excelente! Muchas gracias por tu tiempo. Y estaremos atentos a la publicación.


Ariel Martínez es periodista. Escribió artículos sobre cultura rock para los diarios Página 12 y La Mañana del Sur (Neuquén) y para las revistas Rock & Pop, Vos (en todas) y All The Music (entre otras). Produjo y condujo espacios en las radios FM Rock & Pop y La Tribu y editó la revista El Borde. Desde marzo de 2008 es editor del blog Klamahama.

Ojos, tutiplenes y subterráneos


Escribe: Ariel Martínez

Este año tuve la brillante idea de abrir un blog (también un flog, un flickr, un mail de google y otras porquerías que ofrecían). Y no me arrepiento (creo…). Pero todo empezó a "malograrse" (Punk! dixit) persiguiendo no sé que objetivos que me propuse.
En definitiva: en el medio conocí gente del palo que escribe cosas alucinantes y está más pirucha que yo y decide editar libros con sus escrituras.
Y así llegamos al punto en cuestión.
En las últimas semanas llegaron a mis manos tres libros tres, uno más bueno que el otro, todos diferentes, todos leídos arriba del bondi.

El de Luc, la resacada, fue el primero. Tardé en conseguir los tutiplenes porque me colgué, pero la espera valió la pena, porque me lo entregó en mano un amigo de Luc, Dani, a quien incluí en mi lista de ídolos (no tanto por la gauchada, sino por lo que me contó sobre sus vivencias en la guerra palestino-israelí en un bar irlandés de Neuquén a la una de la tarde).

A "Consideraciones acerca de tutiplenes y otros frutos del mar" sencillamente no hay con que darle: es lo más parecido a un frasco grande de garompas, sólo que son adictivas y si te pasás de rosca entrás en un mundo paralelo donde absolutamente todo es relativo y delirante y vos te reís tanto que los azules amenazan con bajarte del colectivo por miedo al contagio.
Si ya pasaron por el blog de Luc saben de que se trata (en éste viejo post ya amplificamos algo), y si no saben de que hablo, no tienen demasiadas excusas: escupan ya ese Klamahama sin gusto que están mascando y prueben inmediatamente el bubalú resacado: sabrán porqué los tutiplenes son necesarios para seguir en la calle sin ceder al impulso suicida. Grageas sinsentido, absurdas, fosforescentes, poéticamente geniales, redactadas con perfección, con historias comparables al vuelo de una mariposa empepada.

Mi sugerencia: tómense un tutiplén cada mañana antes de lavarse los dientes y mantengan esa sonrisa boba el resto del día.

Mi párrafo elegido:

Visfluminetas acotorradas por un link
Casi nunca entiendo. Algunas veces menos que otras. El asunto, indefectiblemente, es ponerle voluntad a que no suceda nada. Fijo que sale.

El segundo libro me llegó directamente por correo argento, enviado más que generosamente por su autor, Flavio Katzev, quien sacó de su bolsillo los 36 mangos que costó el envío: loco, te zarpaste...gracias a granel!!
Su broli me llamó la atención por el tour de force que significa rastrear y recopilar datos de la época y entrevistar a los integrantes de una muy completa lista de bandas de rock argentinas de los años 80 (creo que la mayoría disueltas).
"Amantes subterráneos -El rock under de los '80" es un libro para aquellos que creen que recordar no es añorar, simplemente porque quienes vivieron el suceso lo llevan adentro, siempre, aunque cambien las modas y desparezcan las referencias físicas. No se añora lo que forma parte de tu vida.
Capítulo a capítulo, Flavio repasa metódicamente y con mucho orgullo en su condición "subterránea", el camino recorrido por bandas y músicos que por aquellos años realizaban sus primeras grabaciones y vivían la vuelta a la democracia como una fiesta llena de sorpresas.
¿Nombres? Desde Uno x Uno, Analía y Los Accesorios y Los Pillos a Fricción y Don Cornelio y La Zona. Testimonios de artistas que revelan datos desconocidos (por lo menos para mí), info y anécdotas que Flavio atesora tras su paso por publicaciones como Señales Rock y La Grossa
y un amor implícito por una generación de artistas que se hicieron de abajo, que cargaron sus propios equipos, que se entregaron a full por sus canciones, incluso aquellos que nunca las llegaron a ver editadas en un disco o cassette (un cosito que existía en la prehistoria y que muchos todavía guardamos quien sabe porque). Y si no me creen pregúntenle a Flavio.

Mi sugerencia: no es un libro para aquellos que se creen más listos porque van a las fiestas "ochenteras" a escuchar Duran Duran o cosas por el estilo, y sí para quienes creen que ir a un recital de una banda de rock -aunque el escenario esté armado arriba de cajones de cerveza- es necesario como respirar.

Mi párrafo elegido:

Raúl de El Prosexo: "(...) Para mí, la de cantante de rock fue una aventura épica. El rock era una herramienta para conseguir un fin determinado. Sentía que estaba haciendo lo que los héroes debían hacer en ese momento: desarticular mis propias estructuras fascistas, para acompañar la fractura del sistema autoritario que se producía al mismo tiempo en la trama social del país (no es que piense que yo era un héroe entre personas comunes, sino que creo que hay un héroe dentro de cada uno, y las condiciones en los '80 estaban dadas para que mucha gente lo dejase aflorar)."

Y va el último. Este libro llegó a mis manos porque su autor, Luigi Celentano, se tomó el trabajo de escribirme un mail para ofrecérmelo y llevárselo en mano a nuestro corresponsal aleatorio en Buenos Aires (y dejarle una copia a él!!! gracias loco!) para que me lo haga llegar. Y esa actitud para mí vale más que cualquier acción de prensa de una rubia insulsa que se dedica a mandarte correos sobre una docena de artistas chotos que ni te interesan.
"Los ojos en el camino" es "una obra conceptual que gira en torno a historias relacionadas con los ojos, con el camino, o ambas a la vez", tal como él define, y que nace a raíz de una experiencia que ha dejado marcado al autor. Escrito en un período de tres meses, es una obra conceptual que reúne historias relacionadas con la mística de los ojos, las miradas y las insinuaciones que éstos connotan, con la libertad y la incertidumbre del camino, donde todo puede ocurrir. Detrás de "Los ojos..." van a encontrar "violencia, sexo y muerte indiscriminada; apocalipsis radioactivo mutante, una ruta a un pueblo de mala muerte, criaturas caníbales, y manifiestos existenciales desdeñosos, críticos", según aclara Luigi.
Tano (como Luca Prodan), Luigi se proclama escritor independiente y partidario de la autogestión. Fascinado con las películas de terror que le ponían delante desde los 3 años!, influenciado por la música (“sin música me es imposible escribir”) e impulsado a la escritura cuando descubrió a Stephen King, llegó a 2005 con una recopilación de historias y poesías oscuras (trabajo que le llevó diez años) bajo el título de Mitternacht. Historias de terror y poesías oscuras “extremadamente visuales, con un lenguaje propio, metafórico, crudo, y de prosa oscura”.
Mi sugerencia: para leer mientras viajás hacia la costa, arriba de un colectivo con gente desconocida que te observa y no sabés porqué.
Mi párrafo elegido:
“Cuando vio al niño, se le heló la sangre. Tendría como unos ocho años, pero parecía de ochenta y nueve y el cementerio. Su rostro estaba arrugado, y sus ojos... ¡Por Dios! ¡Sus ojos! Los búhos de aquellas noches a la intemperie del cielo nocturno, bajo las estrellas... los búhos tenían esos ojos. Ojos como lentejuelas gigantes, plateadas. Sus pupilas dilatadas abarcando toda la esclerótica y haciendo del ojo una gran masa gris uniforme. Pero brillaban... como los búhos, sus ojos brillaban.”
En Capital Federal busquen el libro en:
*Librería Rayo Rojo, Galería Bond St. (subs.).
*La Lupita, Galería Bond St. (subs.).
*Mondo Macabro, Corrientes 1248, Galería Taurus.
*Librería de las Madres de Plaza de Mayo: Hipólito Irigoyen 1584.
*Garageland! ~ Feria nómade.
O escribiendo a:
drishtar@yahoo.com.ar
Paguen lo que vale: $12 (ni más ni menos- no se dejen engañar)
Y para cerrar, voy a dedicarle estas líneas al primer libro de un amigo, una de las personas que más apoyó Klamahama desde que lo invité a participar y a quien le traduje con entusiasmo cada una de sus notas publicadas en el blog: Leonardo Parente.
Leo, que vive en Salvador, Brasil y es un admirador ferviente de la obra de Dr. Hunter Thompson, el periodista americano que le cambió la cara a las crónicas políticas en la década del 60, realizó a principios de 2008 un viaje intenso por varios países sudamericanos y la narración de sus vivencias conforman "De rolê pela América do Sul - Diario de borde de um mochileiro baiano". Por el momento Leo está en busca de una editorial que publique el libro bajo un trato justo. Esperamos leerlo en castellano algún día.

Ariel Martínez es periodista. Escribió artículos sobre cultura rock para los diarios Página 12 y La Mañana del Sur (Neuquén) y para las revistas Rock & Pop, Vos (en todas) y All The Music (entre otras). Produjo y condujo espacios en las radios FM Rock & Pop y La Tribu y editó la revista El Borde. Desde marzo de 2008 es editor del blog Klamahama.

El libro de la almohada

18 diciembre 2008


Escribe: Fernando Chiappussi

Hace un milenio, mientras la civilización occidental se debatía en una extensa cruzada contra las tribus musulmanas (como se ve, una vieja costumbre), miles de kilómetros al este, Japón vivía un momento de estabilidad y prosperidad, acompañado de un gran esplendor cultural: el llamado período Heian, suerte de “siglo de Pericles” nipón que, en rigor, duró casi cuatro centurias (794 a 1185). Considerado el período clásico y fundacional de la literatura japonesa, es el momento en que el Imperio comienza a depender menos de la vecina cultura china y a crear su lengua y escritura propias. El arte tiene mucho que ver con esto: es común que los nobles lean y memoricen la poesía de sus antecesores, los concursos de poemas están a la orden del día y hasta los amantes furtivos están obligados, por rigurosa etiqueta, a enviar unos versos a la mujer cuyo lecho acaban de abandonar.
En medio de tal prosperidad surge -un poco como lo harían las lenguas romances a partir del latín vulgar- la escritura fonética japonesa, que simplifica los clásicos ideogramas de la china, dotándolos de personalidad propia. Como las mujeres tenían prohibido estudiar en profundidad el lenguaje chino -destinado, como el latín en Occidente, a la gran literatura y los documentos oficiales-, escribían en este japonés primitivo, que pronto manejaron con soltura: de ahí que fueran responsables de las grandes obras literarias del período. Eran mujeres de la corte, habituadas a estudiar a los poetas para entretener a las varias consortes del emperador, a quienes servían como damas de compañía. Las más famosas son Murasaki Shikibu, autora del Romance de Genji, y Sei Shônagon, conocida por El libro de la almohada, del que ahora llega la primera versión completa en español. Es el mismo que adaptó Peter Greenaway muy libremente (por no decir que agarró para cualquier lado) en su película Escrito en el cuerpo (The Pillow Book, 1997).
ANIMALES BORGEANOS. Rivales entre sí -aunque sirvieron a emperatrices diferentes-, Murasaki y Shônagon representan dos estilos distintos en la naciente literatura japonesa: el Romance de Genji es una extensa y elaborada narración, con gran desarrollo de personajes y un tono reflexivo, casi melancólico, que hoy llamaríamos existencial. Por el contrario, El libro de la almohada es una colección de fragmentos escritos “al correr de la pluma” (en rigor, del pincel con que se dibujaban los ideogramas) a la manera de un diario, donde la autora describe su conducta y la de sus contemporáneos con tono juguetón y contemplativo. De hecho, estos fragmentos traen tanta información sobre la vida cotidiana de Palacio que hoy constituyen una de las principales fuentes para los historiadores del período.
Pero no hace falta ser un interesado en la cultura japonesa para disfrutar del Libro de la almohada. Su atractivo va más allá: de hecho, a menudo sorprende por su actualidad. El tono intimista de su prosa, presente aun cuando detalla el protocolo de alguna ceremonia oficial, consigue acercarnos a la historia pequeña, personal de los que allí estuvieron. Esta prosa en primera persona deja en el lector una sensación ambivalente: el esperable exotismo de la escena deja paso a una curiosa familiaridad, avivando el interés. La edición castellana se compone de 185 fragmentos, en su mayoría breves y dispuestos sin orden aparente. No hay referencias cronológicas concretas más allá de las estaciones del año. Algunos de los textos son descripciones de algo que llama la atención de la autora, desde el rocío en los pétalos de una flor hasta la armonía de colores en los vestidos superpuestos de un noble: la descripción minuciosa del objeto y lo que su visión provoca insisten en un éxtasis de la contemplación, que uno diría "zen" si no fuera que este movimiento es dos siglos posterior.
Una segunda categoría corresponde a las listas de cosas o situaciones, ordenados desde los criterios más disímiles, como la famosa clasificación de los animales de Borges: cosas desagradables, "hierbas y arbustos", "cosas que emocionan" y así. Otra vez, lo elemental de la reflexión a menudo desarma al lector, que no sabe si maravillarse o compadecerse de la actitud simple y sin cuestionamientos de la escritora.
Pero sin duda los fragmentos más perturbadores son los francamente narrativos, en donde se cuentan anécdotas de la vida en palacio. Además de ilustrar sobre la vida cotidiana del Japón de entonces, ponen de manifiesto el carácter juguetón y desafiante de la propia Shônagon, no sólo ante sus compañeras sino también -y sobre todo- ante los hombres, aun los poderosos, que encuentra a su paso. La emperatriz Sadako, a quien Shônagon sirve, suele propiciar estos intercambios a veces verbales, otras epistolares, que ponen a prueba el ingenio de su sirviente, lo que sugiere que la tenía entre sus favoritas.
Shônagon tiene una mente brillante y lo sabe. El libro abunda en la réplica aguda, incluso mordaz, y el humor con que desnuda las pequeñeces y preocupaciones de todos los personajes de la corte sólo se detiene ante la familia imperial, hacia la que muestra una admiración incondicional. El pueblo, en cambio, es visto sólo ocasionalmente y a la distancia: "cuando me imagino como una de esas mujeres que viven en su hogar sirviendo fielmente a sus maridos -mujeres que no tienen la menor perspectiva interesante en la vida pero que creen ser perfectamente felices- siento un poco de desprecio”, dice en las primeras páginas del libro. Leyendo éste y otros comentarios, no sorprende que Murasaki la haya descripto como "terriblemente engreída" en su diario.

AMOR A LA CARTA. Más allá del tono contemplativo y despreocupado con que se describen las costumbres de palacio, hay un subtema escondido en buena parte de los fragmentos: el de la vida amorosa de la propia Shônagon, caracterizada por la perpetua seducción y el amor furtivo.
En el libro se describen y comentan las costumbres y etiqueta de los amantes ("un buen amante se conducirá con elegancia tanto en la oscuridad como en cualquier otro momento...”), pero Shônagon se cuida de contar historias personales. Sin embargo, muchas alusiones permiten suponerla una seductora consumada, que aprovecha su cultura literaria para hacerse atractiva e interesante. A diferencia de las mujeres del pueblo, las de la corte podían recibir hombres en sus aposentos e incluso pasar la noche con ellos sin ser socialmente reprendidas (aunque algunos hombres las tratan de frívolas). De hecho, la autora llega a recomendar un poco de "mundo" a sus congéneres antes de casarse: "podrían vivir por un tiempo en nuestro ámbito, y hasta asumiendo el papel de asistentes, de modo que pudieran conocer las delicias que nuestro mundo tiene para ofrecer”.
Intentar descubrir entrelíneas en la vida amorosa de Shônagon se convierte en un juego fascinante, porque el texto da a entender que la autora esconde mucho más que lo que dice. En uno de los fragmentos, Shônagon se mofa repetidamente del guardabosque Narimasa, a cuya casa se ha mudado la Emperatriz con su séquito. Después de soportar sus bromas durante el día, el dueño de casa aprovecha una cerradura rota para abrir la puerta del cuarto donde duermen las damas de compañía, ansioso por hablar con ella. "¿Se me permite entrar?”, repite en el umbral, ante la risa de las jóvenes. Shônagon, que califica de "lasciva" la conducta de Narimasa, le niega el ingreso. Después escribe: "¡Qué absurdo! Una vez que había abierto la puerta, lo lógico habría sido que avanzara de una vez, sin volvernos a pedir autorización. Pues ¿qué mujer le habría dicho ‘por favor, pasa’?
Unos días más tarde, cuando Narimasa desea comunicarle algo, Shônagon acude ante su presencia. "Me preguntaba si Narimasa haría alguna referencia a su visita de la otra noche y sentí que mi corazón latía con violencia”, admite, "pero no dijo nada... ”. Un diálogo posterior con la Emperatriz, pleno de eufemismos, da a entender que todos están enterados del cortejo. Pero el episodio termina allí. En otras ocasiones, Shônagon apunta al pasar la belleza de algún servidor de la corte, para luego conversar con él: pero si el diálogo dio lugar a un contacto más íntimo, sólo podemos imaginarlo. A menudo la narración se interrumpe en el momento en que esto empieza a ser evidente. Otro consejero de palacio, el Capitán Tadanobu, aparece varias veces a lo largo del libro, alternativamente peleándose y amigándose con Shônagon. Los diálogos e intercambios de mensajes con Tadanobu son verdaderos duelos verbales, a menudo con la presentación de poemas incompletos a manera de acertijos (el destinatario debe completarlos). Todo indica que se trata de un juego de seducción prolongado en el tiempo, pero otra vez Shônagon está lejos de admitir interés de su parte, aunque apunte al pasar que Tadanobu "se veía magnífico siempre que venía a verme”. Es decir, se dirige al lector con las mismas indirectas que destina a los hombres. Tal vez era engreída, después de todo.
Es en estos momentos cuando más contemporáneas suenan las palabras de Shônagon. No sólo reflejan una astucia indisimulable por su parte, sino también cuán poco han cambiado algunas cosas en un milenio. Por otro lado, la combinación de estos ocultamientos con una prosa transparente conforma una estrategia narrativa absolutamente moderna. Decir una cosa y significar otra: decir sin decir, tal es el juego que la autora domina naturalmente, nueve siglos antes de que Chéjov y Katherine Mansfield fundaran con los mismos elementos el cuento psicológico, cuya vigencia se mantiene hasta nuestros días.
En este punto, cabe preguntarse si no incidirá en la lectura el trabajo del traductor. Amalia Sato, una argentina descendiente de japoneses, se basó en una versión inglesa y otra en japonés moderno. En una entrevista del diario Clarín aclaró, como para cubrirse: "toda traducción es inevitablemente una lectura de época, y ésta será uno de los posibles reflejos de la obra de Sei [...] Sin embargo -agrega-, el carácter desestructurado y abierto de su estilo -que refleja muy bien ese consejo que se daba a las damas de la Corte: caminar con elegancia, pero reservándose cada tanto un movimiento de arrastre de las sedas- le daba a la lectura y su traslado una frescura que se disfrutaba. Y una se sumergía en un presente sin distancias.”



EL LIBRO DE LAS PREGUNTAS. Si la discreción de Shônagon es impenetrable, intentar averiguar algo más sobre ella equivale a andar a tientas: tal el misterio del Libro de la almohada. La lectura despierta diversas preguntas: ¿los fragmentos fueron escritos a medida que iban ocurriendo los sucesos y luego reunidos, o rememorados más adelante? ¿Sabía Shônagon que iban a ser leídos? Si es así, ¿por qué humilla en más de una ocasión a sus compañeras y conocidos, que iban a ser sus primeros lectores? Si no iba a divulgarlos, ¿es entonces sincera su admiración incondicional por la familia imperial, la única que se salva de sus constantes burlas y pullas? ¿Se condice esto con la obvia inteligencia y hasta cinismo de su carácter?
"Aunque mis anotaciones son triviales y sin importancia, podían parecer malintencionadas e incluso peligrosas a otros, por eso he tenido cuidado en no divulgarlas", dice Shônagon en el fragmento que cierra el libro. A mitad del volumen había sido más ambigua al acotar, respecto de uno de los elementos de sus listas: "sé que es un asunto muy vulgar y que todos se disgustarán porque lo menciono. Pero lo hago igual, de hecho me siento con la libertad de incluir todo [...] Después de todo, estos objetos existen en nuestro mundo y todos los conocen. Admito que no figurarían en una lista que otros puedan ver Pero nunca pensé que estas notas serían leídas por nadie salvo yo misma, y por eso incluí todo lo que se me ocurrió, por extraño o desagradable que fuera.”
Como los cuadernos originales se han perdido -el texto actual se obtuvo de la comparación entre varias copias posteriores- no se sabe en qué momento de su vida escribió Shônagon el texto, ni qué correcciones pudo hacerle antes o después de hacerlo público. Fuera de lo que dice de sí misma en el libro -que es poco- casi no hay datos sobre la autora. Su apellido verdadero es Kiyohara ("Sei" viene de la lectura china del primer ideograma del apellido), mientras que el término "Shônagon" sólo designa su cargo en la corte: "ayudante de menor rango". Sato apunta en el prólogo: "se dice que nació en 966 y que era hija de Motosuke, estudioso y poeta de cierta reputación". Durante la década de 990 sirvió a la emperatriz Sadako, diez años menor que ella, y a su muerte (de parto, en 1001) habría servido, según diferentes versiones, a la hija de Sadako, Shûshi, o bien a la prima de ésta, Akiko (a quien también sirvió Murasaki, la autora del Romance de Genji). Pero aquí ya se entra en el terreno de la conjetura. Casi todas las versiones coinciden en que murió anciana y pobre.
La curiosa ordenación de los fragmentos resalta el poco interés de Shônagon por hacer historia en el sentido lato del término. Un texto puede comenzar: "cuando guardábamos luto por el Canciller...”, pero la narración siempre se desarrolla antes o después de los hechos importantes, que nunca son narrados directamente (probablemente porque la historia oficial del Imperio era tarea de los literatos hombres, que escribían en chino). Tampoco se habla de la muerte de Sadako, aunque da la impresión de que el libro fue terminado con posterioridad.
El famoso texto final, "Anochece", es el que arroja más pistas en este sentido. Allí se explica el origen del libro: Sadako recibió una pila de cuadernos y al no encontrarles utilidad ("el Emperador ya está redactando los Anales de Historia”) se los dio a Shônagon ("comencé a llenarlos con el relato de rarezas y toda clase de asuntos”). Algunas frases ("me gustaría dejar terminadas mis notas por completo...”) sugieren que este texto es un agregado posterior, concebido como cierre.
Pero la traductora nos advierte: se sospecha que este fragmento no fue escrito por Shônagon. En el último párrafo se utiliza el adjetivo tawabureni para significar "entretenimiento", mientras que en otras 466 ocasiones la autora había preferido otro término, okashi. El tono reflexivo y melancólico del fragmento también se diferencia del resto. En todo caso, la lucidez y frescura de esta cortesana milenaria sirve para sustraer al lector de los problemas de la actualidad, marcando una línea divisoria entre lo que es pasajero y lo que se repite a lo largo de siglos y civilizaciones. A cambio, propone la aventura de descifrar el pasado remoto al compás de una voz increíblemente cercana. Tal el encanto del Libro de la almohada.


Las fotografías pertenecen a la película de Peter Greenaway "Escrito en el cuerpo" (The Pillow Book, 1997). No son las más indicadas para el texto de Fernando, pero todo entra primero por los ojos, y si las fotos te dieron ganas de leer la nota, el objetivo se cumple.

Publicado en El País Cultural, Montevideo, el 23-11-01.

Fernando Chiappussi es periodista y en los años '90 escribió sobre temas de cultura y espectáculos en La Nación, Página/12, las revistas Film, El Musiquero y Lea, entre otros medios. Actualmente es colaborador del suplemento cultural del diario El País de Montevideo, Uruguay. Desde 2005 trabaja como programador del Festival de Cine Independiente de Buenos Aires (BAFICI).

Liberatore, el Miguel Angel punk

17 diciembre 2008


Tanino Liberatore, dibujante, historietista

Comenzó sin un cobre, en un departamento de la Vía Napoleone 3, en Roma, donde convivía con cinco amigos y sus novias y sus animales y un único inodoro en un baño con la puerta rota.
Venía de los Abruzzos, Tanino Liberatore. Venía de la montaña.
En los crudos inviernos romanos con la escarcha colándose por entre los vidrios rotos, Liberatore, el montañés, dibujaba hasta el amanecer, despierto a fuerza de fumar Gauloises, de pie sobre un mar de revistas porno que constituían su propiedad más preciada. Eran tiempos de malaria. Liberatore paría historietas eróticas a tanto el kilo, o ilustraba tapas de discos que pasaban de la batea al olvido.
Paradójicamente sería la asociación con otro reventado, con otro marginal, el guionista Stefano Tamburini, lo que iba a abrirle las puertas de la notoriedad.
Juntos dieron a luz maravillas como Saturno contra la Tierra, EMPE, Teamote y Folly Bololy, esta última la historieta elegida por CAIN, con placer sumo, para su Nº 1.
Su obra maestra, sin embargo, son las narraciones largas con un personaje común: Ranxerox.
Ranxerox, el androide con nombre de fotocopia.
Ranxerox, el robot punk enamorado de una heroinómana de 12 años, Lubna.
Ranxerox, el papá de Terminator. No cabe duda de que el personaje de Arnold Schwarzenegger en esa película de James Cameron ha sido inspirado, en más de un sentido, por la figura de Liberatore y Tamburini.
Ranxerox y Lubna viven en algún punto del futuro cercano. Originarios de Roma, el azar va a llevarlos a Nueva York, una ciudad-monstruo en la que calzan como anillo al dedo.
LubnaEl no puede sentir nada, más allá de su atracción por Lubna. Es malo, casi sin quererlo. Capaz de pulverizar la mano de una niñita que pretendía venderle flores, o de asesinar a cinco tipos para divertirse durante un viaje en tren.
Ella tampoco siente nada. Para Lubna, lo que la une a Ranxerox es un vínculo semejante al que su mamá tiene con el lavarropas automático.
Ese universo terminal, violento, amoral, tiene en Liberatore a un retratista impagable.
Por su modo de dibujar las masas musculares, que le ha valido el adjetivo miguelangelesco.
Por sus geometrías forzadas hasta el límite.
Por el ritmo rockero de encuadre y montaje.
Las aventuras de Ranxerox y Lubna, los Romeo y Julieta del siglo, XXI datan del período 1980/81 de la vida de Liberatore. Pese a ello, siguen siendo desconocidas en la Argentina.
Hasta ahora. Hasta ahora que CAIN edita la historia original en forma de libro.
En la segunda quincena de diciembre, a todo color.
Ranxerox no sólo es una de las historietas fundamentales de la década del 80, sino, también, la introducción ideal al mundo de Liberatore.
Un artista de su tiempo. Un Miguel Angel de la era post-video, como dijo de él Vincenzo Sparagna. Vaya Foly Bololy como aperitivo...

Tamburini, Frank Zappa & Liberatore

En la foto: Tamburini, el inmenso Frank Zappa –el arte de tapa de su LP The Man from Utopia pertenece a Liberatore- y el hombre de los dibujitos: julio de 1982, Roma, por la tarde, calor….

Este texto dedicado a Liberatore, Ranxerox y Folly Bololy fue publicado en diciembre de 1987 en la revista CAIN. Hoy Ranxerox es mucho más conocido que en aquellos días. Podés ubicarlo en muchísimas páginas dedicadas al cómic.


Folly Bololy

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