Escribe: Ariel Martínez
Este año tuve la brillante idea de abrir un blog (también un flog, un flickr, un mail de google y otras porquerías que ofrecían). Y no me arrepiento (creo…). Pero todo empezó a "malograrse" (Punk! dixit) persiguiendo no sé que objetivos que me propuse.
En definitiva: en el medio conocí gente del palo que escribe cosas alucinantes y está más pirucha que yo y decide editar libros con sus escrituras.
Y así llegamos al punto en cuestión.
En las últimas semanas llegaron a mis manos tres libros tres, uno más bueno que el otro, todos diferentes, todos leídos arriba del bondi.
El de Luc, la resacada, fue el primero. Tardé en conseguir los tutiplenes porque me colgué, pero la espera valió la pena, porque me lo entregó en mano un amigo de Luc, Dani, a quien incluí en mi lista de ídolos (no tanto por la gauchada, sino por lo que me contó sobre sus vivencias en la guerra palestino-israelí en un bar irlandés de Neuquén a la una de la tarde).
A "Consideraciones acerca de tutiplenes y otros frutos del mar" sencillamente no hay con que darle: es lo más parecido a un frasco grande de garompas, sólo que son adictivas y si te pasás de rosca entrás en un mundo paralelo donde absolutamente todo es relativo y delirante y vos te reís tanto que los azules amenazan con bajarte del colectivo por miedo al contagio.
Si ya pasaron por el blog de Luc saben de que se trata (en éste viejo post ya amplificamos algo), y si no saben de que hablo, no tienen demasiadas excusas: escupan ya ese Klamahama sin gusto que están mascando y prueben inmediatamente el bubalú resacado: sabrán porqué los tutiplenes son necesarios para seguir en la calle sin ceder al impulso suicida. Grageas sinsentido, absurdas, fosforescentes, poéticamente geniales, redactadas con perfección, con historias comparables al vuelo de una mariposa empepada.
Mi sugerencia: tómense un tutiplén cada mañana antes de lavarse los dientes y mantengan esa sonrisa boba el resto del día.
Mi párrafo elegido:
Visfluminetas acotorradas por un link
Casi nunca entiendo. Algunas veces menos que otras. El asunto, indefectiblemente, es ponerle voluntad a que no suceda nada. Fijo que sale.
El segundo libro me llegó directamente por correo argento, enviado más que generosamente por su autor, Flavio Katzev, quien sacó de su bolsillo los 36 mangos que costó el envío: loco, te zarpaste...gracias a granel!!
Su broli me llamó la atención por el tour de force que significa rastrear y recopilar datos de la época y entrevistar a los integrantes de una muy completa lista de bandas de rock argentinas de los años 80 (creo que la mayoría disueltas).
"Amantes subterráneos -El rock under de los '80" es un libro para aquellos que creen que recordar no es añorar, simplemente porque quienes vivieron el suceso lo llevan adentro, siempre, aunque cambien las modas y desparezcan las referencias físicas. No se añora lo que forma parte de tu vida.
Capítulo a capítulo, Flavio repasa metódicamente y con mucho orgullo en su condición "subterránea", el camino recorrido por bandas y músicos que por aquellos años realizaban sus primeras grabaciones y vivían la vuelta a la democracia como una fiesta llena de sorpresas.
¿Nombres? Desde Uno x Uno, Analía y Los Accesorios y Los Pillos a Fricción y Don Cornelio y La Zona. Testimonios de artistas que revelan datos desconocidos (por lo menos para mí), info y anécdotas que Flavio atesora tras su paso por publicaciones como Señales Rock y La Grossa y un amor implícito por una generación de artistas que se hicieron de abajo, que cargaron sus propios equipos, que se entregaron a full por sus canciones, incluso aquellos que nunca las llegaron a ver editadas en un disco o cassette (un cosito que existía en la prehistoria y que muchos todavía guardamos quien sabe porque). Y si no me creen pregúntenle a Flavio.
Mi sugerencia: no es un libro para aquellos que se creen más listos porque van a las fiestas "ochenteras" a escuchar Duran Duran o cosas por el estilo, y sí para quienes creen que ir a un recital de una banda de rock -aunque el escenario esté armado arriba de cajones de cerveza- es necesario como respirar.
Mi párrafo elegido:
Raúl de El Prosexo: "(...) Para mí, la de cantante de rock fue una aventura épica. El rock era una herramienta para conseguir un fin determinado. Sentía que estaba haciendo lo que los héroes debían hacer en ese momento: desarticular mis propias estructuras fascistas, para acompañar la fractura del sistema autoritario que se producía al mismo tiempo en la trama social del país (no es que piense que yo era un héroe entre personas comunes, sino que creo que hay un héroe dentro de cada uno, y las condiciones en los '80 estaban dadas para que mucha gente lo dejase aflorar)."
Y va el último. Este libro llegó a mis manos porque su autor, Luigi Celentano, se tomó el trabajo de escribirme un mail para ofrecérmelo y llevárselo en mano a nuestro corresponsal aleatorio en Buenos Aires (y dejarle una copia a él!!! gracias loco!) para que me lo haga llegar. Y esa actitud para mí vale más que cualquier acción de prensa de una rubia insulsa que se dedica a mandarte correos sobre una docena de artistas chotos que ni te interesan.
"Los ojos en el camino" es "una obra conceptual que gira en torno a historias relacionadas con los ojos, con el camino, o ambas a la vez", tal como él define, y que nace a raíz de una experiencia que ha dejado marcado al autor. Escrito en un período de tres meses, es una obra conceptual que reúne historias relacionadas con la mística de los ojos, las miradas y las insinuaciones que éstos connotan, con la libertad y la incertidumbre del camino, donde todo puede ocurrir. Detrás de "Los ojos..." van a encontrar "violencia, sexo y muerte indiscriminada; apocalipsis radioactivo mutante, una ruta a un pueblo de mala muerte, criaturas caníbales, y manifiestos existenciales desdeñosos, críticos", según aclara Luigi.
“Cuando vio al niño, se le heló la sangre. Tendría como unos ocho años, pero parecía de ochenta y nueve y el cementerio. Su rostro estaba arrugado, y sus ojos... ¡Por Dios! ¡Sus ojos! Los búhos de aquellas noches a la intemperie del cielo nocturno, bajo las estrellas... los búhos tenían esos ojos. Ojos como lentejuelas gigantes, plateadas. Sus pupilas dilatadas abarcando toda la esclerótica y haciendo del ojo una gran masa gris uniforme. Pero brillaban... como los búhos, sus ojos brillaban.”
*La Lupita, Galería Bond St. (subs.).
*Mondo Macabro, Corrientes 1248, Galería Taurus.
*Librería de las Madres de Plaza de Mayo: Hipólito Irigoyen 1584.
*Garageland! ~ Feria nómade.
O escribiendo a: drishtar@yahoo.com.ar
Paguen lo que vale: $12 (ni más ni menos- no se dejen engañar)
Leo, que vive en Salvador, Brasil y es un admirador ferviente de la obra de Dr. Hunter Thompson, el periodista americano que le cambió la cara a las crónicas políticas en la década del 60, realizó a principios de 2008 un viaje intenso por varios países sudamericanos y la narración de sus vivencias conforman "De rolê pela América do Sul - Diario de borde de um mochileiro baiano". Por el momento Leo está en busca de una editorial que publique el libro bajo un trato justo. Esperamos leerlo en castellano algún día.
4 comentarios:
se guardo mi comentario anterior??? que mal que anda personal 3g :(
Beso again
No, por lo visto no. te decia que me daban ganas de leer los libros esos.
Muy lindo el blog y sigo leyendo!!
Saludos
Ari muy buenas reseñas ...
tutiplenes a la cabeza y de la cabeza!
subterraneos un imán para los que curtimos los '80!
y ojos promete ser bizarro al estilo King!
che! no cierres Klamahama o sos
boleta!
Mrs Fruticienta: muchas gracias! Lea tranquila que hay bocha...
Punk! KH sigue abierto...el que se toma el palo soy yo. Dale a los brolis que te aseguro que esán buenísimos.
Besos a las 2.
Ariel
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