Discos elementales [005]
Escribe Claudio, Vagabundo resplandeciente
Inmediatamente, el tono cambia de manera radical, y en “Spanish castle magic” podemos hallar una de las mejores composiciones psicodélicas del gran Jimi (que canta su visión:
The clouds are really low.
And they overflow with cotton candy.
And battle grounds red and brown
y que cuenta con una ferocidad rockera que va en aumento hasta llegar al estallido en el estribillo. Luego, la inclinación más bien pop de este álbum, bastante distanciada de los riffs infernales del trabajo precedente, queda más que en evidencia en temas como “Wait until tomorrow”. “Ain’t no telling” es una poderosa y fugaz pieza (dura menos de dos minutos), en la que se destaca el magnífico riff que la zurda superdotada del nacido en Seattle construye y reinventa con vertiginosidad maestra.
A continuación viene, a mi juicio, la mejor canción del álbum, una pequeña gema: “Little wing”, que tiene una introducción magistral, en la que fluye como pocas veces todo el genio de Hendrix. Esa refinadísima y dulce melodía germinal constituye un placer inexplicable para los oídos sensibles, y eso que dura lo que un suspiro: son treinta segundos de embelesamiento, que se prolonga luego, con la irrupción vocal de un Jimi en su versión decididamente más delicada. “If 6 was 9” es el tema más extenso del trabajo, y no se trata de otra cosa que un nuevo devaneo psicodélico en el que lo más destacable, a mi modo de ver, pasa por el solo de guitarra.
Mención de honor merece “Castles made of sand”, una balada exquisita, con varios trucos de guitarra incluidos por el mismo precio, y en la que, sobre el final, podemos encontrar una pequeña historia tan poética como horripilante:
There was a young girl, whos heart a frown cause she was crippled for life. And she couldn’t speak a sound. And she wished and prayed she could stop living, so she decided to die. She drew her wheelchair to the edge of the score. And to her legs she smiled you won’t hurt me no more. But then a sight shed never seen made her jump and say. Look a golden winged ship is passing my way. And it really didn’t have to stop, it just kept on going. And so castles made of sand slips into the sea, eventually.Precisamente en esa clase de versos se puede comprobar el salto cualitativo en la faz compositiva que existió desde el primer disco hasta el que he seleccionado. Continuando por el carril de las baladas, es necesario resaltar la sutileza que se desprende de “One rainy wish”. Y por último, sólo queda subrayar el descollante riff central de “Little miss lover” y el exquisito cierre que supone “Bold as love”. Lo dicho: aquí no abunda la actitud rocker de azotar la guitarra contra los amplificadores, ni hay tanto espacio para la distorsionada clase de magia que Jimi realizaba con su instrumento. Por el contrario, asoma la faceta, si bien menos revolucionaria, a su vez más poética y sensible de Hendrix, y por consiguiente, las canciones constan de una elaboración muchísimo más cuidada, al lograr combinar con eficacia composición con virtuosismo. Imprescindible para todo amante del rock que se precie.
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