Klamahama. La zona desconocida, la hoja en blanco por escribirse, el no lugar, el puente que contacta partes anteriores y posteriores cual cinta de Moebius, el pasillo hacia otros lados, la región que espera poblarse, la Patagonia en la mente.
El centelleo al final de los cables de cada computadora conectada a la red. El amor en los tiempos del cyber. Energía misteriosa, resplandor.
Una esquina fuera del mapa donde cruzan las miradas angulares ese vecino raro del barrio y el flaco del quinto, siempre vestido de negro.
Un espacio que se pretende periodístico (más cerca de las preguntas que de las respuestas).
Un espejo que refleje la posición de residentes y visitantes.
Un campo magnético que nuclee los átomos distantes de esa legión de sabuesos rastreando el placer donde se encuentre.
Un lenguaje que ayude a abrir los códigos del presente, imaginar los futuros y revisar los pasados.
Klamahama. La reivindicación de la gesta íntima por imaginar, editar y ver morir la revista El Borde (doce ejemplares de puro romanticismo periodístico) en la nefasta década del 90, necesariamente sonorizada por Nirvana. Absoluta autogestión, más inexistencia de fondos, más distribución gratuita, igual a suicidio de antemano. Queda el sabor a la pasión y la gratitud a los fieles creyentes de aquella locura por colaborar.
Klamahama en verbos. Compartir y relacionar. Saltar entre géneros y épocas. Referir al directorio de artistas, músicos, escritores, directores, películas, libros, discos, lugares, eventos, sucesos y movimientos, que no para de crecer. Información almacenada en la cabeza del cronista, material distribuido en varios estantes de una biblioteca in crescendo desde aquel primer cassette con canciones de rock a los 12 años (urge exorcizar al coleccionista compulsivo). Y el resto, the bigger soup, está ahí, chisporroteando en la red. Sólo hay que tomar los elementos apropiados y…voilá.
Ajustando bien las piezas, Klamahama tendrá lugar para difundir ideas y manifestaciones que se identifiquen con la línea del proyecto.
Ilustradores, diseñadores, músicos, artistas, guionistas, periodistas, locos, navegantes y visionarios. La lista, claro, es todo lo extensa que alcance la imaginación. Basta con enviarnos una señal a nuestra redacción para completarla. Respondemos todo lo que nos llegue a arielmartinez.kh@gmail.com
Un espacio que se pretende periodístico (más cerca de las preguntas que de las respuestas).
Un espejo que refleje la posición de residentes y visitantes.
Un campo magnético que nuclee los átomos distantes de esa legión de sabuesos rastreando el placer donde se encuentre.
Un lenguaje que ayude a abrir los códigos del presente, imaginar los futuros y revisar los pasados.
Klamahama. La reivindicación de la gesta íntima por imaginar, editar y ver morir la revista El Borde (doce ejemplares de puro romanticismo periodístico) en la nefasta década del 90, necesariamente sonorizada por Nirvana. Absoluta autogestión, más inexistencia de fondos, más distribución gratuita, igual a suicidio de antemano. Queda el sabor a la pasión y la gratitud a los fieles creyentes de aquella locura por colaborar.
Klamahama en verbos. Compartir y relacionar. Saltar entre géneros y épocas. Referir al directorio de artistas, músicos, escritores, directores, películas, libros, discos, lugares, eventos, sucesos y movimientos, que no para de crecer. Información almacenada en la cabeza del cronista, material distribuido en varios estantes de una biblioteca in crescendo desde aquel primer cassette con canciones de rock a los 12 años (urge exorcizar al coleccionista compulsivo). Y el resto, the bigger soup, está ahí, chisporroteando en la red. Sólo hay que tomar los elementos apropiados y…voilá.
Ajustando bien las piezas, Klamahama tendrá lugar para difundir ideas y manifestaciones que se identifiquen con la línea del proyecto.
Ilustradores, diseñadores, músicos, artistas, guionistas, periodistas, locos, navegantes y visionarios. La lista, claro, es todo lo extensa que alcance la imaginación. Basta con enviarnos una señal a nuestra redacción para completarla. Respondemos todo lo que nos llegue a arielmartinez.kh@gmail.com
Klamahama, finalmente, será mi homenaje a la revista Caín y a los talentosos profesionales que la hicieron posible que sin saberlo me impulsaron desde aquellas páginas a estudiar periodismo.
Bienvenidos.
La aventura otra vez.
La aventura otra vez.
6 comentarios:
Hola!!!!! Buen comienzo para una hoja en blanco…..alguna vez escuché decir: “Si de algo me siento dueño, no es de la vida que vivo. Es de mi sueño”
Salud2 mdv
No soy nada. Nunca seré nada. No puedo querer ser nada. Aparte de esto, tengo en mí todos los sueños del mundo...Que asi sea y sera justicia El Ale
Gracias Ale por la visita.
Lennon tenía razón, no era el único. Por lo demás, ya se sabe: la casa es chica, pero afuera sigue lloviendo así que va a ser mejor que (nos) cuidemos el estado de ánimo.
Abrazos.
Están todos deliberadamente desquiciados
🤯
🤯 definición de Klama Hama....? Excelente redacción.
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