En una mano
hay palabras escritas con fuego
y en el corazón (hay)
100 pájaros menos
A.C.
Una expresión.
Un deseo.
Una celebración sobre los escombros.
Una postal para amigos, conocidos, navegantes y colaboradores de Klamahama, el circo ambulante que circula por la autopista sin destino fijo.
Podría ser una noticia.
Un dato.
Un número.
Una estadística.
Preferimos decir que se trata de un suceso que muta de íntimo a público.
Un hecho simple que comenzó como remedio ante el olvido, trocó en homenaje, rozó la reivindicación y alcanzó lo increíble: hacer amigos nuevos y recuperar antiguos.
El objetivo es informar acerca de un lugar en el espacio que intenta representar una idea, nadando contra la corriente anti materia (gris) que todo lo inunda. Todo lo ahoga.
Klamahama es un blog, por ahora. Aunque eso es apenas una circunstancia. El futuro, como decía Solari, ya llegó, sólo que aún no mostró su cara.
Todavía tenemos algo de tiempo para encontrar nuevas y mejores formas a ese futuro acechante. Tal vez sea una revista digital, tal vez avancemos hacia hacia una sucursal de papel.
Por el momento es un (super) vínculo en la red. Gratuito para todos. Como una de esas placitas de barrio donde juntarnos con los amigos.
Nos desvela asegurar esos lazos, que no son pocos y crecen con fuerza, alrededor de esta pequeña cofradía. Lazos que, sin duda, son el presente.
Diremos que Klamahama, en cuatro meses, alcanzó su entrada número 100.
Su discutible importancia queda a juicio de nuestros lectores, que en definitiva son quienes llegan a buscar otra mirada, otras crónicas, otras imágenes. Otra forma de ver esta realidad y otras posibles.
Desde Klamahama intentamos imaginar un futuro menos aciago y más justo. Y para ello apelamos al pasado, donde ya cometimos los errores que debemos evitar. Entonces nos entrometemos con el periodismo y con la ficción, (re)creando hijos bobos de una relación antigua. Rendimos culto a la estúpida idea de pensar, de entender lo que nos pasa, de sentir placer por la lectura, de soñar que somos aquel personaje de esa película que nunca podremos olvidar. Seleccionamos cuidadosamente el veneno diario que nos mate: saludables canciones de rock gravitando alrededor de exquisitas variaciones. Nos elevamos del asfalto con las historietas y los dibujos y las fotografías. Estamos ahí, cuanto menos, para ocupar tozudamente el espacio y no cederlo más a la corriente que se roba lo mejor de nuestras vidas.
Todo eso mueve a Klamahama.
Y la adictiva adrenalina de enfrentar la opinión de quien nos lee.
Y compartir aquello que nos dio y nos da placer.
Y el dudoso orgullo de sentir que hacemos (algún tipo de) periodismo.
Y el interés desmedido y utópico por ver que algún día todos aquellos que amamos ya no se van antes de tiempo.
Y la irrenunciable necesidad de dejarle a nuestros hijos un mundo mejor.
A todos gracias por plegarse a la locura.
Y no se vayan tan lejos, que cuando la Señora se aleje, nosotros seguiremos acá.
Un deseo.
Una celebración sobre los escombros.
Una postal para amigos, conocidos, navegantes y colaboradores de Klamahama, el circo ambulante que circula por la autopista sin destino fijo.
Podría ser una noticia.
Un dato.
Un número.
Una estadística.
Preferimos decir que se trata de un suceso que muta de íntimo a público.
Un hecho simple que comenzó como remedio ante el olvido, trocó en homenaje, rozó la reivindicación y alcanzó lo increíble: hacer amigos nuevos y recuperar antiguos.
El objetivo es informar acerca de un lugar en el espacio que intenta representar una idea, nadando contra la corriente anti materia (gris) que todo lo inunda. Todo lo ahoga.
Klamahama es un blog, por ahora. Aunque eso es apenas una circunstancia. El futuro, como decía Solari, ya llegó, sólo que aún no mostró su cara.
Todavía tenemos algo de tiempo para encontrar nuevas y mejores formas a ese futuro acechante. Tal vez sea una revista digital, tal vez avancemos hacia hacia una sucursal de papel.
Por el momento es un (super) vínculo en la red. Gratuito para todos. Como una de esas placitas de barrio donde juntarnos con los amigos.
Nos desvela asegurar esos lazos, que no son pocos y crecen con fuerza, alrededor de esta pequeña cofradía. Lazos que, sin duda, son el presente.
Diremos que Klamahama, en cuatro meses, alcanzó su entrada número 100.
Su discutible importancia queda a juicio de nuestros lectores, que en definitiva son quienes llegan a buscar otra mirada, otras crónicas, otras imágenes. Otra forma de ver esta realidad y otras posibles.
Desde Klamahama intentamos imaginar un futuro menos aciago y más justo. Y para ello apelamos al pasado, donde ya cometimos los errores que debemos evitar. Entonces nos entrometemos con el periodismo y con la ficción, (re)creando hijos bobos de una relación antigua. Rendimos culto a la estúpida idea de pensar, de entender lo que nos pasa, de sentir placer por la lectura, de soñar que somos aquel personaje de esa película que nunca podremos olvidar. Seleccionamos cuidadosamente el veneno diario que nos mate: saludables canciones de rock gravitando alrededor de exquisitas variaciones. Nos elevamos del asfalto con las historietas y los dibujos y las fotografías. Estamos ahí, cuanto menos, para ocupar tozudamente el espacio y no cederlo más a la corriente que se roba lo mejor de nuestras vidas.
Todo eso mueve a Klamahama.
Y la adictiva adrenalina de enfrentar la opinión de quien nos lee.
Y compartir aquello que nos dio y nos da placer.
Y el dudoso orgullo de sentir que hacemos (algún tipo de) periodismo.
Y el interés desmedido y utópico por ver que algún día todos aquellos que amamos ya no se van antes de tiempo.
Y la irrenunciable necesidad de dejarle a nuestros hijos un mundo mejor.
A todos gracias por plegarse a la locura.
Y no se vayan tan lejos, que cuando la Señora se aleje, nosotros seguiremos acá.
Sean miles. Todavía queda mucho por hacer.
Y por favor cuídense, que afuera la lluvia sigue cayendo.
Y por favor cuídense, que afuera la lluvia sigue cayendo.
Y esta lluvia, ya se dijo, es como un gran dolor.
Ariel
Staff Indoor: Valle, Miriam, Chelo, Gabriel, Claudio, Luz, Lidia y un editor insufrible.
Ariel
Staff Indoor: Valle, Miriam, Chelo, Gabriel, Claudio, Luz, Lidia y un editor insufrible.
Outdoor: Luc, Elena Serra, Abel, DudaDesnuda, Leilasheidhers (PTG), la gente de Cultura Etérea, Brooklyn (de Adikary), Texteo, Gasparrodc, Placida, Mrs Bullett, Flopy Darkmoon, Efecto Croma, Silent Gentleman, Pasiones Miles, Soles Anaranjados, Gould Pub, Walter (de El Viento Enloquece a la Gente), 19 licks, Pasiones Miles y algunos otros que van y vienen.
2 comentarios:
Como in door, me siento emocionada y plenamente identificada con las palabras del obse editor.
Abrazo, Ariel, Valle y Uma.
Y recuerden que esto apenas, apenas....empieza!!!!!!
Mi deseo lo sintetizo en:
"QUE ESPERAS DE TUS CANCIONES?
Bien, estoy aquí metido, en mi cuarto, y las canciones van saliendo y yo sólo espero que no me dejen tirado, espero de las canciones todo lo que no me han dado mis padres, ellos eran muy buenos con los consejos y con las minas. Ponían millones de minas en el pasillo, decían, chico estamos a tu lado, sólo queremos ayudarte, pero cuando salía al pasillo sólo veía minas escondidas debajo de la moqueta. Espero poder andar por encima de mis canciones más tranquilo de lo que andaba por encima de los pasos de los demás.
¿VAS A ESTAR AQUÍ MUCHO TIEMPO?
Voy a estar aquí para siempre."
Pág. 59 de ya saben que libro.
Para mí ha sido un enorme placer colaborar (y seguir colaborando, si Dios quiere) con tan exquisito e infrecuente rincón, con tan magnífico proyecto.
Felicitaciones por el número redondo de posteos, pero más que por la cantidad, por la calidad y riqueza de cada uno de ellos.
Saludos Ariel, y nuevamente gracias por este espacio que tan desinteresadamente nos brindás.
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