La historia de esa tapa, cuya foto pertenece al fotógrafo Uberto Sagramoso, la cuenta él mismo más abajo. Pero a mi me interesa destacar la capacidad de García de ver siempre más allá de lo que sucede en ese momento.
Hoy el graffitti es una expresión callejera absolutamente extendida entre distintas tribus urbanas, especialmente los seguidores de la cultura hip hop. Y también de muchos artistas que hicieron del paredón un medio de expresión. Pero en 1983 el uso del aerosol para realizar pintadas artísticas en la calle no era, al menos en nuestro país, un fenómeno popular.
Y García supo ver el detalle y lo tradujo rápidamente: aquellos raros dibujos en una esquina indefinida de New York representaban los nuevos aires de su disco.
La historia de la tapa de Clics modernos
Al fotógrafo Uberto Sagramoso:
-Periodista: ¿Y lo de Charly en New York?
-Sagramoso: Te iba a contar lo de Charly, de la tapa de Clics Modernos que se iba a llamar “Nuevos Trapos” y ésta (muestra otra foto) iba a ser la tapa, pero Charly tiene esa cosa muy creativa de incorporar cosas que suceden a pesar de tener todo planeado. Y no muchos artistas tienen eso. A veces te llaman para una tapa y el tipo tiene exactamente programando cuál va a ser la tapa… Hicimos esta foto cerca de casa, en el barrio chino. Creo que es una de las primeras fotos de Charly comenzando su carrera de graffitero, que hoy ya tiene desarrollado.Después de tirar la foto planeada tiramos unas fotos más para terminar el rollo porque nos gustó una esquina específica que era ésta. Y cuando fuimos a copiar las fotos y a mirarlas, resultó que le gustó mucho más la otra, y sobre la marcha Charly cambió el nombre del disco, ésta se volvió la tapa…Es una anécdota graciosa de cómo sucede…
Según Poli, del blog Gato de Metal, de donde sacamos este extracto, la entrevista completa es original de la revista Velvet Rockmine. La buscamos, pero ya no está entre los contenidos del sitio.
La foto de Charly que se ve en la imagen escaneada de la revista La Mano es de Sagramoso. Nosotros la tomamos prestada de acá.
En otra entrada de su blog, Poli ofrece un fragmento del libro Corazones en llamas de Laura Ramos y Cynthia Lejbowicz (1993).
Cuando terminó el disco (el debut de Los Twist "La Dicha en Movimiento") Charly viajo a Nueva York. Con Daniel Grimbank y su mujer, se instaló en el Sheraton Center de la 47. Un día que caminaba por Washington Square, García pensó en alquilarse un lugar. Llegó a una casa donde una mujer que le resultó parecida a Laurie Anderson abrió la puerta.- I love your energy -susurró ella. Charly le extendió un billete de mil dólares y un loft y el piano Stenway que reposaba en su interior pasaron a ser suyos por un par de meses. A la vuelta de esa casa quedaba Electric Lady, el estudio que alguna vez perteneció a Jimi Hendrix. Allí toco el timbre Charly al día siguiente. Cuando mostraron la lista de los técnicos de grabación posibles y García leyó el nombre de Joe Blaney, ingeniero de grabación de "Sandinista!" el álbum de los Clash-, tuvo una especie de intuición romántica.
-A este tipo quiero -dijo-.
-Déjeme su dirección y estará en su casa mañana a las cinco -le contestó Laurie Anderson.
Al día siguiente, Charly ya tenía en su loft un flamante Emulator de ocho canales comprado en la calle 48. Comenzaba a grabarse Clics Modernos.
La versión de Charly
Sobre aquel histórico momento, el mismo Charly cuenta su versión a un periodista de la revista Rolling Stone en Junio de 2002:
–Periodista: Cuando llegaste con el disco acá, ¿pasó algo parecido a lo que ocurrió con el primer disco de Serú Girán?–Charly: No, no tanto. Pero me acuerdo de que en no sé qué festival, la gente estaba fría conmigo. Te juro que cuando hice Clics... no dije: "Voy a hacer lo más moderno del mundo". Como no tenía baterista, puse la batería electrónica, que ya la había usado antes. En el fondo, Modern Clix es como un demo, pero hecho en Electric Lady y con Joe. Pero es bastante mínimo. Un teclado y qué sé yo... El concepto de la música era así: no solos, mínimo... Bah, acordémonos de esa época: Thomas Dolby. Las canciones son buenas, y Pedro es impresionante, y Joe también. El disco se iba a llamar "Nuevos trapos", pero un día pasé por una pared que decía modern clix, estaba con un fotógrafo [Uberto Sagramoso] y le dije sacáme una foto acá, ésta es la tapa del disco, y quedó. Es un grupo, Modern Clix; eso me dijeron.
Uberto Sagramoso se dedica a la fotografía desde muy joven. Durante una estadía en Europa comienza su carrera profesional como asistente en estudios fotográficos de modas. Luego pasa a la foto periodística, los reportajes y viajes.
Durante la década de los '70s vive y trabaja en distintos países de Latinoamérica, cubriendo eventos políticos y culturales.
Desde hace 24 años reside en Nueva York, donde se dedica principalmente a la dirección de fotografía y la producción de documentales para televisión. Su trabajo ha sido publicado y exhibido en distintos medios de Latinoamérica, Europa y los Estados Unidos.
Actualmente está pasando un año sabático en la Argentina, donde desarrolla proyectos fotográficos y televisivos. (Datos tomados de la web http://www.erasolorocanrol.com).
Dice Daniel Amiano en el sitio Jardín de gente:
"Era sólo rocanrol", un libro en el que confluyen la mirada del artista gráfico y el testimonio de esos personajes captados por la cámara. Integrante del staff de la mítica Expreso Imaginario, la revista que mejor interpretó la contracultura en nuestro medio, Sagramoso recupera en este trabajo buena parte de su archivo y permite que los protagonistas cuenten su experiencia. Testigo ocular de una década fundamental (entre 1976 y 1986) en la que el rock profundizó en la búsqueda y afirmación de un nuevo lenguaje y una nueva estética, y que concretó sus primeras experiencias independientes (MIA y el Expreso son los ejemplos que más se destacan, y que tiempo después los Redondos llevaron a la masividad). "Hoy es difícil explicar racionalmente las motivaciones y el pulso de aquella época. Digamos que se vivía con una sensación de gran urgencia...", confiesa Sagramoso en el prólogo.Y esa urgencia, esa forma de vivir en la posibilidad de una alternativa ante un mundo descarnado es lo que se repite en las palabras de quienes dan testimonio de ese momento. De allí que, en la primera parte del trabajo, exclusivamente fotográfica, conviven músicos, cronistas, actores y otros protagonistas de aquellos años, presentados sólo en imagen. Desde la redacción original del Expreso hasta la aventura neoyorquina de Charly García en Nueva York para grabar "Clics modernos", la variedad abarca a Claudio Gabis, Astor Piazzolla, Horacio Fontova, Luis Alberto Spinetta, Pappo, Rada, Donvi, muchas imágenes de quienes se instalaron con su sueño hippie en el sur y muchas visitas internacionales de aquellos años (Mingus, Gillespie, Gil, Shankar). En la segunda parte, realizada entre 2002 y 2003, aquellos jóvenes de los años ´70 son retratados en la actualidad, con el agregado de sus vivencias. "Nosotros somos traicionados por esa especie de grabador defectuoso que es la memoria, que siempre intenta recordar las cosas exageradamente", dice Rocambole, en un claro intento de no ceder a la nostalgia. Y a través de los diversos testimonios (desde Charly a Javier Martínez, Gieco, Poli o Alfredo Rosso, entre una veintena) se puede armar un mapa lo bastante completo y complejo como para tratar de vislumbrar cómo vino la mano y de qué manera el rock terminó devorado como parte del mundo del espectáculo de consumo masivo que hoy representa otra cosa y tiene otras búsquedas. El no poco irónico "Era sólo rocanrol" ayuda a pensar el rock como una posibilidad artística de expresión más allá del entretenimiento.
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