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Saló, condicionada

07 abril 2008

CONDICIONADA
CONDICIONAL
CONDICIÓN


Escena de Saló Calificar un film como “de exhibición condicionada” es una manera elegante de prohibirlo. En Buenos Aires no hay salas especiales para ese tipo de películas: ergo, estrenarlas es imposible. Por otra parte, es sencillo advertir por qué no pudo proyectarse Saló en la Argentina de 1976-83. Su pintura de un estado fascista, minuciosa en lo que hace a los tormentos dispensados y a la ideología de los verdugos, era tan tajante que hasta los censores de entonces, funcionarios de pocas luces, podían relacionarla con lo que ocurría. Cabe preguntarse, sin embargo, por qué Saló sigue siendo in-visible en 1987. Aventuremos una respuesta: porque no sólo es cruel en cuanto “retrato” de lo que pasó, sino también –y peor aun- como reflejo de lo por venir; Saló como advertencia de lo que podría llegar a pasar si fallamos nuevamente. Vale la pena releer la historia del film desde esta hipótesis. Estrenada a mano en los cines de todas las provincias, Saló alertaría a muchos sobre el horror posible, sobre el abismo que quizá se halle a pasos de distancia. Tal vez por eso muchos la pretenden archivada, juntando polvo en lo más profundo de un sótano, desde donde nadie pueda oírla gritar.


Marcelo Figueras

Escena de Saló

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